En los últimos meses, he dedicado más de un texto a los “maestros Ciruela”, esos personajes que, según el clásico aforismo castellano, no saben ni leer ni escribir y ponen escuela. En uno de estos textos, describí tres casos concretos y reales de “maestros Ciruela” (una abogada, una periodista y tres licenciadas en filología inglesa y francesa), casos que ponen en tela de juicio, en general, la formación con la que los licenciados y, ahora, los graduados salen de la “universidad española a la boloñesa”.