En diferentes pueblos indígena/originarios de Abya Yala Sur, en estos días, festejamos el “retorno” del Sol (luego de las noches más largas, oscuras y frías) con abundantes ofrendas rituales de gratitud y solicitud (en el marco del principio de reciprocidad).
Guatemala está en peor situación que países africanos en niveles de desigualdad y discriminación (tiene un coeficiente de Gini de 0,63) .
El racismo legitimado por la academia, en buena medida, fecundó pensadores esquizofrénicos, avergonzados de sus genes indígenas, ilusionados por la “blanquitud” aparente, condenados a la eterna ficción y anomia existencial.
Investigadores y analistas, equipados de mapas mentales prefabricados, irrumpen en el “campo” y se esfuerzan en “explicar” inéditas realidades sociales que poco o nada tienen que ver con las realidades donde se formularon dichos mapas mentales.
¿Será que por lo menos hicieron algo de esto los gobiernos “democráticos” de Honduras y Guatemala, cuyos infantes, en más del 60%, sufren desnutrición crónica en la actualidad?
Sobre el último paro nacional movilizado de indígenas y campesinos, La Prensa, El Periódico, Nuestro Diario, La Hora (prensa escrita), las radios corporativas y canales de televisión, desinformaron y desprestigiaron hasta el cansancio a indígenas y campesinos movilizados de CODECA.
Uno de los legados involuntarios de la última globalización cultural occidental es justamente la glocalización (despertar de las identidades particulares diferenciadas).
De forma genérica, se entiende por movimiento social a un conjunto de personas organizadas y movilizadas alrededor de una demanda común fundada en derechos vulnerados o amenazados.
En Abya Yala, en las últimas décadas, en especial a raíz del reconocimiento jurídico de los derechos de los pueblos indígenas, y la “conmemoración” del quinto centenario de la invasión-colonización europea, muchos/as indígenas hemos acelerado nuestros procesos de reconstitución identitaria y territorial como pueblos.
La Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), bajo el sugestivo título de “Hoy pongo ante ti la Vida o la Muerte”, a inicios del presente mes, publicó su controvertida Carta Pastoral sobre Narcotráfico [1].
Tengo por vecinos a unas familias empobrecidas, y con niños desnutridos. Los papás, cada madrugada marchan disciplinados a trabajar a las cañeras y bananeras a cambio de jornales que no superan el equivalente a 5 dólares día.
El 12 y 13 de marzo pasado, en el Municipio de Santo Domingo, Departamento de Suchitepéquez, a 170 Km al Sureste de la ciudad Capital de Guatemala, cerca de 1300 defensores/as, delegas de 580 comunidades en resistencia articuladas en el Comité de Desarrollo Campesino (CODECA), provenientes de 98 municipios, de 18 departamentos del país, realizaron su asamblea ordinaria para deliberar sobre el proceso constituyente popular plurinacional, la creación o no de un instrumento político propio y la renovación de su junta directiva nacional.
Sentimientos encontrados nos invaden cuando asesinan a nuestras profetisas y defensoras de derechos. Pero también esas acciones cobardes son siembras fecundas que fertilizan no sólo al legendario panteón creciente de nuestros ancestros protectores, sino también nuestro coraje y gallardía permanente como pueblos en la medida que intentan “acorralarnos” más.
El 26 de junio del 2014, Don Mauro Vay Gonón (fundador y coordinador del Comité de Desarrollo Campesino, CODECA) y Dña. Blanca Julia Ajtún Mejía (vicepresidenta de la misma organización), junto al dirigente comunitario Don Mariano García, fueron detenidos ilegalmente (sin que hubiese orden de captura, ni flagrancia de delito alguno), en el Municipio de Chiantla, Departamento de Huehuetenango, por agentes locales de la empresa distribuidora de electricidad ENERGUATE.
Dña. Margarita Choc, maya q’echí, con su niño de 6 meses en la espalda, tiene los ojos puestos en las puertas cerradas y vigiladas del Congreso de la República. Junto a otras decenas de miles de manifestantes (organizados en el Comité de Desarrollo Campesino, CODECA), espera pacientemente a que salga de dicho hemiciclo con algún mensaje positivo la comisión de portavoces de la masiva manifestación indígena campesina.
En la literatura occidental se entiende por izquierda infantil a la actitud y retórica pueril de compañeros/as de lucha que asumen que las ideas de revolución (transformación) aprehendidas en los idearios deben encuadrar en la realidad sin contradicciones, ni demoras, ni concesión alguna a los contrarios.
La histórica intervención norteamericana en Bolivia no ha sido ninguna novedad en su historia. Lo novedoso o asombroso es que los famélicos por dicha intervención macabra, ahora revitalizados gracias a la primera década del proceso de cambio, sigan creyendo/gustando de la bondad o inocuidad de la pócima norteamericana.
En este maravilloso y contrastante país, cuya extensión territorial apenas alcanza al tamaño de algunos municipios de países de América del Sur, se desencadenan apasionantes historias inconclusas, edulcoradas con estridentes falacias. Y el asunto no es que (quienes detentan la hegemonía cultural en el país) conviertan sus mentiras en verdades infalibles mediante su maquinaria mediática, sino que siempre hay “pueblo” que cree y defiende esas falacias como verdades casi dogmáticas.
“¿Está Ud. en contra de Dios? ¿Prefiere un predicador en el bus o que suban delincuentes y nos asalten en el camino?”, me increpó el dueño del bus de transporte ante mi reclamo sensato de: “Señor subí a este bus porque deseo viajar, leer y descansar. En el país ya hay suficientes iglesias para prédicas”.
En la actualidad, la existencia de Guatemala como país es casi un milagro. Con un Estado más aparente que real, perforado o cogobernado por el crimen organizado evidente. Con un territorio fraccionado, donde organizaciones paraestatales/criminales le disputan el control de bolsones geográficos a la desanimadas fuerzas represivas estatales.