Indignación por la condena absolutoria de la Infanta de España y las baja pena para su marido el Duque de Palma.
Aquí no están acusando a políticos, sino a ciudadanos, y más que a ciudadanos maduros a jóvenes, que han podido meter la pata, pero no la mano, y que, además, han actuado con fines de defensa de nuestra Patria.
La realidad es muy simple: los españoles de a pie, es decir los no políticos o funcionarios, estamos mal, pero vamos a peor.