Las denuncias bajan tras el caso de La Manada en 2016.
Los tres acusados se enfrentan a una pena de 43 años cada uno.
Dicen que les hicieron creer que formaba parte de un ritual y que si no accedían les iba a ocurrir algo grave a sus familias.
Los ánimos se han ido caldeando por momentos y, una vez terminada la lectura del fallo, se han vivido momentos de tensión ante el cordón que había formado la Policía Foral.