Tras conversar con cada una y retratar su vulva de distintas formas, la fotógrafa imprimió las imágenes en una tela en blanco y negro y las devolvió a las participantes para que ellas mismas las «intervinieran» y decidieran cómo presentarlas.
Pero lo social, yo diría, lo cultural, no simplemente nos viste sino que nos hace. Nos hace personas. No existimos al margen de cultura. Y nos ha hecho, nos ha dado existencia, como hombres o mujeres.