Triste, breve y oscura toma de posesión de Torra
El Gobierno central no asiste al acto y considera que el modelo de acto organizado por la Generalitat degrada la propia dignidad de la institución.
Quim Torra ha prometido del cargo de 131 presidente de la Generalitat a las 11,30 horas del jueves 17 de mayo en un acto de dos minutos de duración sin apenas personalidades, lo que ha convertido este evento simbólico en una toma de posesión triste, desolada y oscura. Torra ha emulado a su predecesor en el cargo, Carles Puigdemont, al no mencionar ni al Estatut, ni a la Constitución, ni al Rey.
Torra prometido el cargo de president "con fidelidad a la voluntad del pueblo de Catalunya representado por el Parlament de Catalunya", y a continuación ha saludado al presidente de la cámara catalana, Roger Torrent.
En el Saló Verge de Montserrat del Palau con la bandera catalana, el secretario del Govern, Víctor Cullell, ha sido el encargado de leer el decreto de nombramiento, y Torra ha renunciado a colocarse la medalla de presidente que sí se habían puesto sus predecesores.
De hecho, el Gobierno central no asiste a la toma de posesión de Torra por entender que desde la Generalitat se le ha intentado "imponer el nivel de la delegación gubernamental", algo que no se ha aceptado.
Además, el Ejecutivo central considera que el modelo de acto organizado por la Generalitat degrada la propia dignidad de la institución, según han informado fuentes de Moncloa.
La toma de posesión de Quim Torra solo se ha emitido en directo por TV3 y lo siguen también las agencias de noticias ACN, EFE y Europa Press, que manda después audio e imágenes al resto de medios.
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La toma de posesión ha sido organizada por la Generalitat con supervisión del Gobierno central en virtud del artículo 155 de la Constitución.
Por primera vez, el acto no se lleva a cabo en el Saló Sant Jordi y no hay tradicionales invitados -en la de Carles Puigdemont hubo unos 400-.
LAZO AMARILLO
El acto ha durado dos minutos y los únicos cargos institucionales han sido Torrent, Torra y Cullell: el resto de asistentes han sido siete familiares del presidente -su mujer, su madre y hermanos, entre otros- con los que se ha saludado al acabar la toma de posesión.
No ha habido ni retrato del Rey ni más banderas que la catalana, y la medalla de presidente ha estado en todo momento encima de la mesa, pero Torra no se la ha puesto en ningún momento para simbolizar que defiende que pertenece a Puigdemont.
Cullell ha leído el decreto de nombramiento, aludiendo a que ha sido firmado por el Rey Felipe y "refrendado" por el Gobierno central, y después el propio Torra ha pronunciado la fórmula para prometer el cargo, cuando lo habitual era que lo hiciera el presidente del Parlament.
Roger Torrent, situado al lado de Quim Torra, no ha tomado la palabra, y al finalizar se ha dado la mano con el presidente de la Generalitat, que le ha dicho: "Muchas gracias presidente. Suerte a todos", y después Torra ha dado la mano a Cullell.
La imagen elegida para presidir el acto ha sido un cuadro de Sant Jordi, y el salón donde se ha celebrado ha sido el mismo que eligió del presidente Artur Mas para firmar el decreto de convocatoria de la consulta del 9 de noviembre de 2014 -el decreto de convocatoria del 1-O se firmó en el Parlament-.
Torra y Torrent han lucido en la solapa de la americana el lazo amarillo, el símbolo que utiliza el soberanismo para reclamar la libertad de los presos independentistas.
Hasta el Govern de Puigdemont, la toma de posesión del presidente había seguido un mismo esquema: el presidente del Parlament preguntaba al investido si prometía "cumplir fielmente las obligaciones del cargo de presidente de la Generalitat de Catalunya con fidelidad al Rey, a la Constitución, al Estatut d'Autonomia y a las instituciones nacionales de Catalunya".
PUIGDEMONT
Pero en la toma de posesión de Puigdemont, en enero de 2016, la entonces presidenta del Parlament, Carme Forcadell, le preguntó si prometía "cumplir lealmente las obligaciones del cargo de presidente de la Generalitat con fidelidad a la voluntad del pueblo de Catalunya representado por el Parlament", sin aludir al Estatut, la Constitución y el Rey.
Mientras que Torra ha imitado la fórmula de Puigdemont para asumir el cargo de presidente, el resto han sido cambios: ha sido en el salón Verge de Montserrat y no en el de Sant Jordi; no se ha colocado la medalla de presidente y no ha habido lista de invitados.
Desde su discurso de investidura en el Parlament, Torra se ha considerado un presidente provisional a la espera de ceder el cargo cuanto antes a Puigdemont, algo que por ahora se presenta difícil por su situación judicial y por estar residiendo fuera de España.
CONCENTRACIÓN ANTE LA GENERALITAT
Casi 100 personas se han concentrado este jueves a mediodía ante el Palau de la Generalitat tras la toma de posesión del 131 presidente, Quim Torra. La mayoría ha llevado banderas esteladas y lazos amarillos en las solapas en solidaridad con los soberanistas presos.
La fachada del edificio ha cambiado tras la toma de posesión: en el balcón se ha colocado una bandera catalana y un tapiz con el escudo de la Generalitat. Lo que no se ha cambiado son la senyera y la bandera española, que siempre han ondeado en lo más alto del edificio.
Algunos concentrados han lamentado que Torra no haya querido salir al balcón tras la toma de posesión, pero el presidente quiere mantener el simbolismo de la excepcionalidad política y el respeto al que considera presidente legítimo, Carles Puigdemont.
ACTO ÍNTIMO Y SENCILLO
Torra defendió el martes que quería que fuera un acto íntimo y sencillo para "constatar la situación de excepcionalidad y la tristeza" por tener a miembros del anterior Govern en la cárcel y en el extranjero.
Y el acto será íntimo y sencillo como pretende Torra, pero la supervisión del Gobierno central garantizará que sea plenamente constitucional en cuanto a su formato.
Desde la Generalitat se quiere repetir el formato de las investiduras de Artur Mas y Carles Puigdemont, y que solo haya una bandera en la sala, la 'senyera', algo que debe supervisar el Gobierno central.
SIN ACTAR LA CONSTITUCIÓN
Torra no esta obligado a acatar el Estatut y la Constitución en el momento de tomar posesión del cargo porque hay una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya que le exime de ello.
Él ya ha dicho que no lo hará y que usará la misma fórmula para tomar posesión que la que utilizó Puigdemont, que fue 'cumplir lealmente las obligaciones del cargo de presidente de la Generalitat con fidelidad a la voluntad del pueblo de Catalunya representado por el Parlament'.
TORRENT Y LA MEDALLA
La toma de posesión de Torra se afronta con otra particularidad: normalmente es el presidente de la Generalitat saliente el que cede la medalla presidencial a su sucesor, pero en este caso eso no va a ser posible porque Puigdemont está en Berlín y quien dirige la Generalitat es el Gobierno central.
Una posibilidad es que sea el presidente del Parlament, Roger Torrent, quien le ponga la medalla, pero Torra es reticente a ello teniendo en cuenta que querría que hubiera sido Puigdemont, aunque el martes dijo: "Torrent tiene que estar en el acto, igual que mi familia".
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