Valls sigue sumando apoyos en un verano que también le ha sido propicio en lo sentimental
Manuel Valls irrumpe en la arena política española pisando fuerte. Al creciente apoyo social para su asalto a la Alcaldía de Barcelona suma ahora una relación sentimental con Susana Gallardo, ex mujer de Alberto Palatchi que fue presidente de Pronovias.
Manuel Valls, este verano (Gtres)
Manuel Valls irrumpe en la arena política española pisando fuerte. Al creciente apoyo social para su asalto a la Alcaldía de Barcelona suma ahora una relación sentimental con Susana Gallardo, ex mujer de Alberto Palatchi que fue presidente de Pronovias.
Así lo revela este fin de semana el diario El Mundo que detalla cómo se conoció la pareja a finales de julio cuando el político llegó a Menorca para pasar unos días de vacaciones. Un amigo en común le pidió a la heredera de los laboratorios Almirall que ejerciera de anfitriona para Valls, al que entonces no conocía personalmente. Le mostró sus rincones favoritos de la isla y le invitó a cenar a su casa, una magnífica residencia de estilo colonial a la que cada año acuden numerosas personalidades nacionales e internacionales.
Según cuenta la crónica de El Mundo, la pareja se fue a Marbella, donde se han convertido en la nueva sensación del verano: les persiguen los paparazzi y sus primeras fotos ya han sido vendidas a una cabecera que podría publicarlas la semana que viene. Un noviazgo que cotiza al alza y que llega en un momento clave para Valls, quien parece tener claro que se presentará a la alcaldía de Barcelona como cabeza de lista de una plataforma transversal donde estará Ciudadanos, asociaciones como Sociedad Civil Catalana (SCC) y profesionales independientes.
UN VERANO PARA SUMAR
En esto se centraba la estancia en Marbella. Manuel Valls ha tenido allí numerosos encuentros con personalidades políticas, como José María Aznar, y empresariales de la mano de Félix Revuelta, el dueño de Naturhouse y uno de los primeros empresarios en plantar cara al separatismo. El empresario, uno de los hombres más ricos de España, hospedó a Valls y a su nueva pareja en su hotel de wellness Las Dunas, un oasis donde van a relajarse y a perder kilos algunas celebridades de este país y le organizó encuentros al más alto nivel. Su ronda empezó el pasado domingo 19 de julio, fecha en la que el político francés también pudo disfrutar de Sting, uno de sus cantantes favoritos, en el Starlite, festival del que es accionista Revuelta y al que el pasado martes volvieron a ir para disfrutar de Estopa. Valls y Gallardo entraron por el acceso de atrás para evitar a la prensa.
Por otra parte, según asegura El Mundo, Revuelta vive empeñado en impulsar la candidatura de Valls; cree que es ese mirlo blanco que necesita el constitucionalismo en Barcelona. El empresario ya le ha prometido financiación a Valls para la campaña, logística y contactos.
La agenda de encuentros de Valls se reactivó el sábado 18 de agosto y el lunes 20 donde Revuelta organizó dos almuerzos con cerca de 30 importantes personalidades españolas y Valls en el restaurante de su hotel. Allí había constructores, empresarios hoteleros, farmacéuticos, directivos de grandes grupos de comunicación, productores de cine y televisión, lobbystas... "Yo me presento para ganar. Sólo me vale eso. Quiero derrotar al populismo", les dijo.
En la resaca del convulso 1-O, a José Ramón Bosch, ex presidente de Sociedad Civil Catalana (SCC), y a Miriam Tey se les ocurrió introducir a Valls en la tensa política catalana al observar cómo el francés fue de los pocos líderes europeos que expusieron un discurso sin complejos contra el independentismo. Y fue entonces cuando ambos decidieron invitarle a Barcelona el pasado 16 de diciembre a participar en un acto de SCC. Tey, cuñada de Jorge Moragas, ex jefe de gabinete de Rajoy, decidió alojarle en el hotel Cotton Club. Su intervención en el evento fue un éxito y después Valls y algunos miembros de la SCC se fueron a Il Giardinetto a cenar.
Así, según revela El Mundo, entre copas de lambrusco y platos de pasta, Bosch entendió que Valls era el hombre que llevaba tiempo buscando para liderar su proyecto Cinco coronas. Un plan de ingeniería política para recuperar para el constitucionalismo cinco de las ciudades más pobladas de Cataluña: Barcelona, Badalona, Santa Coloma de Gramenet, Hospitalet de Llobregat y Tarragona. Por ello, se le ocurrió una plataforma transversal de partidos y movimientos constitucionalistas, pero le faltaba el cabeza de cartel. Y diseñó una estrategia para convencer a Valls.
El francés es hijo de un pintor barcelonés fallecido, con domicilio en el barrio de Horta y con primos desperdigados por toda Cataluña. Tiene ADN barcelonés para aquellos que le acusasen de paracaidista. Sus visitas a la Ciudad Condal se fueron sucediendo en compañía de su entonces novia, Olivia Gregorie, mano derecha de Macron, con la que terminó rompiendo. Participó en los actos de SCC y también de Ciudadanos que en su campaña para las elecciones catalanas también quiso rentabilizarla políticamente. El líder de Ciudadanos le ofreció encabezar las listas municipales en Barcelona, pero Valls siempre entendió que debía presentarse como representante de todas las fuerzas constitucionalistas.
Bosch redobló su agenda de encuentros y ahí fue cuando entró en escena Revuelta que le brindó contactos al más alto nivel. Fue entonces cuando Valls comprendió que no estaba solo y que era buen momento para abandonar la política francesa, donde su figura estaba eclipsada por el fenómeno Macron, y gobernar Barcelona para luchar contra el populismo de Ada Colau.
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