Demanda contra Principadel

Varios proveedores afirman que el proyecto iniciado por Lao aún tiene deudas y uno de ellos lo recurrirá a la Alcaldía.

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Las deudas que generó la construcción -aún por terminar- del complejo deportivo Principadel, en Santa Coloma, aunque levanta polvo. La llegada de dos nuevos inversores del país al proyecto -las familias Altimir y Babot - ha facilitado que las deudas generadas por el empresario que impulsó el proyecto, Miguel Lao, se hayan solucionado, según unos, y sólo mermado, según los otros. Y es que mientras que los nuevos inversores aseguran que «todo está limpio» y que ya no queda nadie «sin cobrar», algunos proveedores han puesto en contacto con este rotativo para afirmar que los siguen dando largas.


De hecho, en el caso de uno de ellos, ya ha puesto toda la documentación en manos de un abogado con la intención de llevar la deuda que asegura que no se le ha pagado a la justicia.


Concretamente, el proveedor asegura que se le deben cerca de 30.000 euros y que no es el único: añade que hay otros trabajadores a los que se les deben más de medio millón de euros, en un caso y cerca de 100.000 en un otro. En una búsqueda rápida por las redes sociales, además, se pueden encontrar otros comentarios de usuarios que aseguran que se les deben más de 20.000 euros. Hay que dejar claro que todas las deudas son provenientes de los tratos que hizo el empresario de Tahití que se instaló en el Principado en 2015 con la voluntad de poner en marcha un pequeño negocio de pádel que finalmente fue creciendo hasta adquirir la forma de complejo deportivo. La dimensión que finalmente adquirió el proyecto requirió, como es obvio, de una mayor inversión.


La falta de financiación de Lao, sin embargo, provocó que pequeños y grandes proveedores dejaran de cobrar. Según ha podido constatar este rotativo, parte de estos proveedores han ido cobrando los últimos meses, pero alguno de ellos aún siguen negociando con los nuevos inversores para recuperar el dinero. Los inversores, sin embargo, aseguran que ya han hecho frente a todas las deudas y animan a los proveedores que consideren que no es así a ir a la justicia.


DE CAMINO A LA BATLLIA


Y es de hecho esta vía la que uno de ellos ya ha decidido emprender. Actualmente el caso está en manos de abogados con la intención de demandar la sociedad y, sobre todo, deja claro el recurrente, que quede constancia «de la mala gestión y la poca vergüenza de Miguel Lao». En el caso de los otros involucrados, de momento son más prudentes porque están con negociaciones con los nuevos inversores y porque son conscientes de que el proyecto aún no está terminado y, por tanto, en algunos casos aún no han finalizado el que se les había presupuestado . Preguntados los inversores al respecto, indicaron que la intención es sacar adelante el proyecto y que «llegaremos hasta donde podamos». Asimismo, pidieron que «se deje de hablar mal de este proyecto para que todo eso es cosa del pasado y ahora ya ha pasado en nuestras manos».


LA HISTORIA


El proveedor que quiere llevar el caso a la Alcaldía después, asegura, de intentar por activa y por pasiva cobrar de forma amistosa, explicó a este rotativo que su implicación en el proyecto nace a raíz de una previa amistad con Lao. Según su versión, y la documentación aportada al letrado y aparte de la que ha tenido acceso este diario, ambas partes firmaron un contrato con el que el ahora demandante se comprometía, entre otras cosas, crear gran parte del proyecto desde el inicio con cuestiones como el logotipo, la marca, los dominios, además de buscar proveedores, gestionar y supervisar la construcción del espacio.


En resumen, dar forma al proyecto, ya que el demandante dispone de experiencia profesional en este ámbito y de una gran red de contactos en el mundo del pádel. Precisamente por este último punto, también se comprometía mediante dicho contrato a conseguir el patrocinio del grupo Damm ya llevar el evento del World Padel Tour en Andorra. De hecho, ambos compromisos se han acabado cumpliendo tal como se ha podido ver recientemente.


Cuando Lao tuvo todo dicho firmado, según explica el recurrente, dejó de pagar. Después, afirma, comenzaron las largas y las excusas para ingresar el dinero acordado. Al cabo de más de dos años, y siempre según la versión del demandante, Lao le hizo una oferta que califica «de inaceptable» que consistía en pagarle sólo el 30% de lo que le debe y, de este percentantge, la mitad ahora y la otra al cabo de un año. Finalmente, el proveedor ha decidido buscar un abogado y optar por la vía judicial.


DE LA QUIEBRA DE TAHITÍ EN ANDORRA


La construcción del gran complejo deportivo situado en Santa Coloma ha protagonizado varios capítulos en los que se ha puesto en cuestión su seguimiento. El momento álgido de las preguntas fue meses antes de la celebración del World Padel Tour, ya que los impagos por parte del empresario tahití Miguel Lao hicieron dudar sobre si las instalaciones estarían en condiciones para acoger el certamen deportivo. La llegada de los nuevos inversores del país a la sociedad, sin embargo, hizo calmar los ánimos de los proveedores impagados que, según ellos ya han pagado el 100% de las deudas y, que aún tienen números negativos según algunos proveedores consultados. Sea como sea, las instalaciones aún no están del todo terminadas y, por tanto, el trabajo de algunos constructores siguen a medias. Los nuevos socios aseguran que quieren dejar en el pasado la mala gestión de Lao y apostar por el proyecto, por lo que con las obras «llegaremos hasta donde podamos».


La sombra del empresario Miguel Lao, sin embargo, viene de lejos y no ha dejado sólo huella en el Principado. Lao apareció presentándose como gestor financiero. Antes, fue vicecónsul de España a Tahití, concretamente en Papeete, en la Polinesia francesa. También puso en marcha una sociedad para promover viviendas sociales y por el que estar inmerso en medio de una demanda judicial. De hecho, habrían sido los conflictos con la justicia del país de donde es originario junto con las deudas que se le habían acumulado del proyecto de Santa Coloma lo que le habrían llevado a buscar nuevos inversores y abandonar la inversión en Andorra.


En todo caso, la empresa de Tahití tuvo que hacer cesación de pagos dos años después de su apertura, en 2016, momento en que ya había empezado a invertir en Principadel. Finalmente, el Tribunal de comercio de la capital de Tahití impuso la liquidación judicial de la empresa de viviendas. Lao, sin embargo, no se detuvo ahí. Hace pocos meses la prensa del país se hacía eco de la demanda interpuesta por el mismo en la Oficina Polinesia de la Vivienda (OPH) por incumplimiento de contrato y por el que reclama unos 15 millones de euros.


PROYECCIÓN DE FESTIVALES


La iniciativa impulsada por Lao también había de convertir el Principado en un referente a nivel de festivales. La idea, que quedó aparcada por los problemas económicos, parece que ahora se podría reactivar con el capital de los nuevos socios. La propuesta ya es conocida: ser la sede de un festival de música. Para ser exactos, dos: uno que se haría en invierno y otro que se dejaría para la primavera o el verano, coincidiendo con la época de menor afluencia turística. Habrá que ver si las dudas y la nubosa generada por Lao desvanezcan con los nuevos inversores y acaben siendo una realidad.

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