Cada año se diagnostica glaucoma congénito a 40 niños en España
Sin el tratamiento adecuado puede producir una pérdida de visión.
En España son diagnosticados de glaucoma congénito 40 niños cada año y, sin el tratamiento y el control adecuados, podrían sufrir una pérdida severa e irreversible de visión.
Por ello, la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares (AGAF) y el Real Patronato sobre Discapacidad organizan el próximo 8 de junio en Madrid el II Encuentro Nacional de Glaucoma Congénito para visibilizar esta enfermedad infantil poco conocida y fomentar su investigación.
Uno de los objetivos de esta cita médico-científica es destacar la importancia del diagnóstico precoz del glaucoma congénito porque un tratamiento correcto en los primeros estadios de la enfermedad puede frenar su progresión.
No obstante, dado que suele aparecer en las primeras fases de vida de los niños, suelen ser los padres los que notan sus síntomas más comunes: opacidad de la córnea, molestia con la luz (fotofobia), lagrimeo (epifora) y tendencia a tener los párpados cerrados (blefaroespasmo).
Ante estos síntomas hay que acudir a un oftalmólogo, pues una revisión a tiempo puede ser fundamental para frenar su desarrollo. El Glaucoma Congénito se detecta a través de un examen ocular completo que en bebés y menores de tres años suele realizarse en quirófano tras sedar al pequeño para realizarlo.
Una vez diagnosticado es necesario recurrir a la cirugía lo antes posible para reducir la presión ocular y, de esta forma, disminuir el daño al nervio óptico por lo que el niño puede tener una mejor visión si es diagnosticado a tiempo.
"Más allá de si la cirugía es un éxito o no, el glaucoma congénito dura toda la vida y es necesario que todos los afectados entiendan la importancia de someterse a revisiones periódicas para llevar un correcto control de la enfermedad", ha explicado la presidenta de AGAF, Delfina Balonga.
Actualmente se calcula que 1 de cada 10.000 recién nacidos en España padece esta enfermedad ocular aunque detectada a tiempo y con un tratamiento adecuado cada vez son más las personas que logran un buen control de la presión y unos nervios ópticos estables por lo que el campo visual no se ve tan afectado.
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