Al menos 104 muertos y más de 3.000 heridos en las protestas en Irak
La mayoría de los muertos son civiles aunque también se tiene constancia de seis agentes de policía muertos desde el estallido de las protestas el pasado martes.
Al menos 104 personas han muerto y más de 3.000 han resultado heridas desde el principio de las violentas protestas antigubernamentales que han conmocionado Irak esta semana, según la Alta Comisión de Irak para los Derechos Humanos, un grupo de observadores humanitarios de carácter semioficial.
La mayoría de los muertos son civiles aunque también se tiene constancia de seis agentes de policía muertos desde el estallido de las protestas el pasado martes, según informó uno de los responsables de la organización, Alí al Bayati.
Este nuevo balance, que aumenta significativamente las estimaciones anteriores, se ha dado a conocer horas después de que el primer ministro de Irak, Adel Abdul Mahdi, levantara el toque de queda sobre la capital del país, Bagdad, impuesto jueves como respuesta a las protestas contra el Gobierno del país por la crítica situación económica, el paro y la corrupción.
El toque de queda en la ciudad ha sido suspendido en torno a las 04.00h de esta madrugada, hora peninsular española, según los medios oficiales citados por la cadena panárabe Al Yazira, aunque de momento parece seguir vigente en otras ciudades del país.
Esta crisis representa el mayor reto al que se ha enfrentado el primer ministro, que accedió al poder el año pasado con el apoyo de los partidos chiíes que gobiernan Irak desde la caída de Sadam Hussein en 2003.
USO DE MUNICIÓN REAL
Las manifestaciones espontáneas de jóvenes iraquíes que reclaman trabajo y el fin de la corrupción endémica en el país han degenerado en enfrentamientos, y Amnistía Internacional (AI) ha denunciado el uso de munición real por parte de las autoridades para dispersar a los manifestantes.
El Gobierno iraquí anunció el domingo un decreto que contiene 17 medidas sociales en respuesta a las demandas de los manifestantes y para tratar de poner fin a las protestas, que van desde la ayuda a la vivienda hasta la concesión de pensiones a los jóvenes desempleados. En un consejo extraordinario, el gobierno de Adel Abdel Mahdi aprobó una ayuda de 175.000 dinares (unos 136 euros) durante tres meses para 150.000 desempleados y personas incapaces de trabajar y decidió poner en marcha un programa de formación para 150.000 desempleados.
También se decidió construir 100.000 casas, después de que las autoridades locales de varias partes del país comenzaran en septiembre a destruir las casas situadas en barrios clandestinos, donde viven tres millones de iraquíes, que construyeron sin permiso en terrenos estatales.
El ejecutivo también ordenó la instalación de espacios para vendedores ambulantes, en un intento de crear empleos, especialmente entre los jóvenes, una cuarta parte de los cuales están desempleados en Irak.
Además, las autoridades, que acusan a los "saboteadores" y a los "hombres armados no identificados" infiltrados de disparar contra los manifestantes y las fuerzas de seguridad, han anunciado que han inscrito a las personas asesinadas en las protestas en la lista de los "mártires", lo que dará a sus familias el derecho a exigir una indemnización.
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