​Por si cuela

La salida del Senyor Junqueras de la cárcel para ir a trabajar a diario es una buena noticia para todos los que deseamos una normalización de la sociedad catalana y, cuando nadie lo hacía, nos apuntamos también al indulto del político republicano. A la carrera nos tuvimos que tragar el desaire del rechazo a la medida por parte del condenado en firme por el Supremo, que solo admitía una amnistía total como mínimo aceptable para superar la situación.

Ante semejante postura personal, nada pudimos oponer, ya que se trataba de un convencimiento personal, fruto de una estrategia que se podría definir como todo o nada, que para los no independentistas, pero si federalistas de toda la vida, suena a desprecio hacia el tótum que no sea República o confrontación con la España constitucional, algo que un Estado de derecho europeo ha de hacerse mirar escrupulosamente.

Sobre todo, porque la mayoría de los ciudadanos de ese Estado no la admiten, salvo un tanto por ciento muy elevado de una determinada comunidad/nación, la cual, persistiendo en lo de la unilateralidad de sus partidos independentistas nos empujan a todos a acabar hacia una confrontación civil y militar como la de Irlanda que, en caso de armisticio post-conflicto, podría devengar como en la vecina Eire en partición del territorio y odio eterno entre las partes, algo horrible y por ello impensable.

De momento, por si cuela, al exvicepresidente Junqueras, los suyos, metidos a expertos en legislación penitenciara, le han conseguido que salga a dar clases en una Universidad pública que, como dice la sentencia del Supremo que todavía no se ha modificado, pone de una forma muy clara no puede desempeñar ninguna función de ese tipo en los próximos 13 AÑOS.

SENTENCIA QUE SE CITA

FALLO

 Por todo lo expuesto, en nombre del Rey y por la autoridad que le confiere la Constitución, esta Sala ha decidido:

1.- CONDENAR a los siguientes acusados, como autores de un delito de sedición en concurso medial con un delito de malversación, agravado por razón de su cuantía, a las siguientes penas:

a) D. ORIOL JUNQUERAS, a las penas de 13 años de prisión y 13 años de inhabilitación absoluta, con la consiguiente privación definitiva de todos los honores, empleos y cargos públicos que tenga el penado, aunque sean electivos, e incapacidad para obtener los mismos o cualesquiera otros honores, cargos, o empleos públicos y la de ser elegido para cargo público durante el tiempo de la condena.

Pues, si en esta estamos, y aunque la labor que va a realizar el Profesor Junqueras sea puramente rehabilitadora y él mismo la haya aceptado, habría que afinar un poco más en el asunto, para que todo lo que ella, en si misma encierra, no pueda ser refutado ni confundido.

Meterlo por el sistema de “por si cuela” es sencillamente un error imperdonable, tanto por la parte integrante de la primera parte, o sea los panolis de la Conselleria de Justicia, como de la parte integrante de la segunda parte, para entendernos, los tancredos del gobierno de Madrid que en el lenguaje grouchiano quieren convertir el juicio del procés y su sentencia en una especie de Camarote de los Hermanos Marx para que nos lo traguemos todos como si lo sucedido fuera un cuento de las mil y una noches, capítulo del ladrón de Bagdad.

A mí no me gusta que siga en la cárcel Junqueras y que Puigdemont, el cobarde huido a Bruselas, sea el héroe de esta historia triste y sin sentido. Pero el papel que viene desarrollando el gobierno del sociolisto Sánchez es sustancialmente mejorable en las formas pero, sobre todo, en el fondo del asunto. De la oposición prefiero no opinar, no me gusta escribir con tacos de grueso calibre. Así que lo ideal en este complejo dilema, es ponerse a trabajar de nuevo para no liarla más. Por ejemplo, decidir la salida del líder del "procés" con saludable dignidad hacia su persona, pero también con respeto a la ley, ya que la opinión de los que no piensan como él es muy conveniente para conseguir así un equilibrio legal y político razonable y no tirar por el bochornoso camino del medio... por si cuela.

¿Entesos...?