17 de mayo, Día Internacional contra la Homofobia
A algunos parecerá que las reivindicaciones de los colectivos LGTBI están a estas alturas, y al menos en España, plenamente satisfechas, pero nada más lejos de la realidad.
El calendario sigue desgranando días y, con ellos, jornadas vinculadas a algún tipo de acontecimiento, aunque las circunstancias no sean propicias a celebraciones multitudinarias o sencillamente colectivas. Pero ello no quiere decir que haya que dejar pasar por alto estas fechas señaladas, sobre todo cuando el mensaje que pretenden difundir tiene plena vigencia.
Resulta, pues, oportuno, recordar que el domingo 17 de mayo es el Día Mundial contra la Homofobia. A algunos parecerá que las reivindicaciones de los colectivos LGTBI están a estas alturas, y al menos en España, plenamente satisfechas, pero nada más lejos de la realidad. Es cierto que nuestro país ha avanzado en cuarenta años más que en los siglos anteriores.
Hoy en día solo un testimonial -pero no escaso, por cierto- 10 % de la población está todavía en contra de los gais (en los años 80 alcanzaba el 54%) y que España se ha situado a la vanguardia de los países que ha incorporado a su legislación civil el matrimonio igualitario. Pero pese a todos estos avances, siguen produciéndose hechos que cabe calificar sin eufemismos de alarmantes.
En efecto, continúan registrándose ataques homófobos que dan lugar a una media de hasta cuarenta denuncias al mes, lo que hace suponer la existencia soterrada de una cantidad mayor de agresiones de este tipo no denunciadas, y un 20 % de adolescentes consideran la homosexualidad como una enfermedad o anomalía (no es extraño, la respetable Organización Mundial de Salud tuvo que esperar a 1990 para desclasificar como patológico este rasgo de la sexualidad humana) Y por citar un lamentable hecho reciente, no estará de más recordar que un agente de la Policía Municipal de Benidorm en ejercicio de sus funciones y ante la pasividad de sus compañeros, agredió verbalmente y amenazó a un transexual, lo que motivó la detención de dicho funcionario por presunto delito de odio.
Y, last but not least, las campañas que tratan de promover entre la sociedad terapias para “la curación de la homosexualidad” actúan como factores de discriminación de un colectivo humano tan respetable y saludable como todos los demás. Razones más que suficientes para recordar la necesidad de seguir combatiendo, siquiera sea desde el confinamiento o la limitación de movimientos que impone el coronavirus, la homofobia.
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