El Covid-19 aleja las drogas de las prisiones y potencia el tráfico de medicamentos

El 70% de la población reclusa que toma medicación psicotrópica ha traficado, al menos una vez, con esta medicación y más del 30% lo hace de forma habitual.

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Bill oxford udXD2NrbXS8 unsplash

 

El confinamiento provocado por la pandemia del Covid-19 también ha alterado la vida de los presos de las cárceles catalanas. Aunque ellos ya estuviesen encerrados, dejaron de recibir visitas, y con ello se redujo drásticamente la entrada de droga a los centros. Sin embargo, han encontrado formas para conseguir consumiendo droga, y en esta ocasión han acabado recurriendo a la misma Seguridad Social. 


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La Central Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF) ha registrado un escrito al juzgado de vigilancia penitenciaria número 3 de Lleida en el que solicita que la medicación de los presos sea diluida para evitar el tráfico de pastillas, como se hacía hasta hace dos años y medio.


En el escrito, fechado el 29 de junio, el CSIF explica que "el tráfico sistemático de pastillas es diario, provocando gravísimas alteraciones de la conducta de gran parte de los internos", según un comunicado del sindicato.


El sindicato denuncia que "el 70% de la población reclusa que toma medicación psicotrópica ha traficado, al menos una vez, con esta medicación, y más del 30% lo hace de forma habitual". 


La situación que se acaba produciendo en las prisiones es totalmente irracional:"Los internos que deberían tomar su medicación, en especial la meditación psicotrópica, no se la toman y los internos que no tienen prescrita medicación, se la toman. En definitiva, el resultado de esta medicación es justamente el contrario del que se pretende”, denuncian desde el CSIF.


Para parar esta situación, el sindicato registró en octubre de 2019  un escrito dirigido a la gerente de la región sanitaria de Lleida, Divina Farreny, y a la dirección del centro penitenciario pidiendo la administración de medicación diluida y que desde entonces se han producido situaciones "gravísimas".


En el escrito dirigido al juez, el sindicato relata dos de esas situaciones: el caso de un interno que tuvo que ser hospitalizado en la UCI por sobredosis y el de otro preso que falleció por sobredosis en diciembre.


EL COVID-19 HA EMPEORADO LA SITUACIÓN


Según denuncian desde el sindicato, la pandemia del coronavirus ha acrecentado el problema: “Desde que se aplicara el estado de alarma por el Covid-19, la población reclusa ha tenido suspendidas las comunicaciones orales, las comunicaciones familiares e intimas y se ha prohibido la entrada de paquetes. La finalidad de esta prohibición era evitar contagios de los internos. El resultado de estas prohibiciones ha supuesto una bajada notabilísima de las aprehensiones de droga, pero por el contrario ha supuesto un aumento, aun mayor, del tráfico de medicación, especialmente la psicotrópica”. 


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