Bruselas renuncia al reparto obligatorio de refugiados y apuesta por reforzar la frontera y las expulsiones
Plantea una solidaridad "flexible" con otras formas de apoyo como las expulsiones "patrocinadas".
La Comisión Europea ha presentado este miércoles una propuesta para reformar la política de asilo y migración que aparca la idea de cuotas obligatorias para repartir y acoger refugiados, pero plantea un sistema voluntario con varios niveles de solidaridad con los países con más presión migratoria y apuesta para reforzar la frontera exterior de la Unión Europea y agilizar las expulsiones de los migrantes que no obtengan el estatus de refugiado.
Las grandes diferencias entre los Estados miembros sobre cómo gestionar la llegada de refugiados en la Unión Europea continúa enfrentando las capitales, por lo que Bruselas ha mantenido durante más de un año varios contactos bilaterales para tratar de superar las tensiones entre los que reclaman un mecanismo de cuotas obligatorias para acoger, como España, y los que rechazan esta posibilidad, como Hungría, Polonia o Austria.
El resultado es una propuesta que defiende la necesidad de establecer una política "solidaria" pero que refuerce la frontera exterior --con más peso para la guardia de fronteras Frontex--, que impulse la cooperación con países terceros y mejore los procedimientos europeos para agilizar las expulsiones de los inmigrantes que no obtengan el estatus de refugiado.
Con todo, la reforma que defenderá la Comisión en las negociaciones con los Veintisiete y siete apela a una solidaridad "sin excepciones" entre los Estados miembros, por lo que ofrece un mecanismo de base voluntaria que permitirá elegir a los países diversas "contribuciones flexibles".
De este modo, cuando un país se enfrente a una presión migratoria que no puede soportar espera que sus socios se ofrezcan a realojar parte de los solicitantes de asilo, pero también podrán optar por otras formas de apoyo como "asumir la responsabilidad de expulsión "de los deportados, lo que Bruselas define como" deportaciones patrocinadas ".
A pesar de que la cabeza del ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, aseguró hace una semana que la propuesta serviría para "abolir" el Reglamento de Dublín, por el que toda la responsabilidad de la tramitación y acogida del inmigrante recae sobre el país de entrada, este principio finalmente se mantiene en el proyecto que defiende Bruselas.
"Ningún estado miembro vivo la migración de la misma manera y afrontan retos diferentes y únicos que se han de reconocer, entender y afrontar", consideró el vicepresidente comunitario responsable de Migración, Margaritis Schinas, tras defender que la propuesta alcanza el equilibrio entre la "solidaridad" y la "responsabilidad".
Por otra parte, la comisaria de Interior, Ylva Johansson, dijo que la reforma asegurará procedimientos "más claros, justos y rápidos" en la frontera, por lo que las personas que tratan de llegar a la UE "no deberán esperar en un limbo ".
Para ello, ha explicado la socialista sueca, será necesario reforzar la cooperación con los países terceros desde donde los migrantes llegan de manera irregular para que puedan ser deportados más ágilmente, pero también para ofrecer vías legales de entrada y luchar con más firmeza contra las mafias que trafican con personas.
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