Las 'fake news', una excusa para el control de los medios

Según explican desde Moncloa, esta iniciativa se promueve para garantizar a los ciudadanos "el derecho a la información veraz y plural" para poder "formarse una opinión libre".


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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo; y el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, en el Congreso

 

El Gobierno de Pedro Sánchez se ha puesto como objetivo acabar con las 'fake news' en España y para ello, ha creado una comisión que marcará el protocolo de actuación contra la desinformación. Según explican desde Moncloa, esta iniciativa se promueve para garantizar a los ciudadanos "el derecho a la información veraz y plural" para poder "formarse una opinión libre". 


El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo; y el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, en el Congreso


El Ejecutivo asegura que este procedimiento es parte de los "requerimientos establecidos por la Unión Europea", algo que no ha sentado nada bien al líder de la oposición, Pablo Casado. El presidente del PP ha confirmado este viernes que su partido acudirá a las instancias europeas por el "ataque a la democracia" que, a su juicio, supone la "orden que va a controlar la información de la prensa y las redes sociales" para combatir la desinformación y las 'fake news". 


"El Gobierno no está para velar quién dice una mentira. El Gobierno lo que tiene que hacer es decir él la verdad. Y un Gobierno que ha mentido con la cifra de fallecidos, que ha mentido con las previsiones económicas y con las alertas para luchar contra la pandemia no puede ser él quien tiene que vigilar las redes sociales de los ciudadanos ni controlar a los periodistas y a la prensa libre", ha enfatizado.


Entonces, ¿quién miente?. Según explica el Ejecutivo, "el objetivo es evitar la injerencia extranjera en asuntos de interés nacional, así como detectar campañas promovidas desde el exterior que puedan dañar los intereses nacionales" y, en ningún caso, "vigilar, censurar o limitar el libre y legítimo derecho de los medios a ofrecer sus informaciones". En este sentido, Casado debería estar tranquilo porque según el Gobierno el procedimiento no busca, en ningún caso, perseguir a los medios nacionales. 


También es cierto que la Unión Europea (UE) aboga por combatir las fake news. De hecho, la Comisión tiene un organismo llamado Task Force East StratCom que fue creado en 2015 para combatir las campañas de desinformación lanzadas por los medios rusos. Una de las estrategias preferidas del Kremlin para desestabilizar a los rivales en el mundo es lanzar campañas de desinformación que manipulen a la opinión pública. Y obviamente, no es el único país que usa ese tipo de artimañas, por lo que es necesario que tanto España como la UE establezcan protocolos para protegerse de este tipo de ataques. 



CAMBIO DE DISCURSO


Sin embargo, todo deja de ser tan internacional cuando el líder de Podemos en Castilla y León, Pablo Fernandez, asegura al ser preguntado por la comisión de la desinformación que es "esencial" y "crucial" luchar contra las 'fake news', pues aprecia que la derecha y ultraderecha basan su discurso "en la mentira". Estas declaraciones dan un giro de 180 grados al plan del Gobierno.


Todo parece indicar, entonces, que se trata de un procedimiento para tratar de controlar a los medios nacionales, algo codiciado por todos los partidos que han gobernado. El Partido Popular lo intentó en 2018 presentando una propuesta en el Congreso para "garantizar la veracidad de las informaciones que circulaban por los servicios conectados a internet y evitar injerencias que pongan en peligro la estabilidad institucional en España". Entonces Pablo Casado era el secretario general de comunicación del Partido, el mismo Casado que ahora define la estrategia del Gobierno como un "ataque a la democracia". 


Pero el cinismo no acaba ahí. El actual vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, dijo en 2018 que el intento de Rajoy de vigilar las redes y los medios de comunicación de Internet significaba "el adiós a la libertad de expresión y de la democracia". Hoy apoya la medida. 


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El PSOE de Pedro Sánchez tampoco estuvo muy contento con el plan de Rajoy. En el Congreso, su entonces diputado Ignacio Sánchez Amor, aseguró que la proposición del PP podía convertirse en un “campo minado que al final va en contra directamente de los derechos fundamentales”.  El PSOE de entonces creía que "esa no puede ser la función del Estado, esa debe ser la función de la limpieza del debate público por parte de los medios que nos dan las leyes y no jibarizando derechos fundamentales ni creando una especie de dirección general de información que determine que una noticia es falsa o no”. 

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Extracto de las declaraciones de Ignacio Sánchez Amor en 2018




Con toda esta avalancha de contradicciones se podría asegurar que el PP, el PSOE y Podemos son partidos muy contrarios a controlar a los medios cuando están en la oposición y muy a favor de hacerlo cuando están gobernando. 


En el fondo son coherentes: les molesta que les controlen. Es cierto que los medios de comunicación son muy incómodos para los que mandan, porque son un contrapoder y como tal, deben monitorizar al gobierno de turno. Pero así son las reglas del juego y si se cambian, será otro. Ya no se le podrá llamar democracia. 






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