El 25% de los negocios de restauración de Barcelona ha cerrado para siempre
En Catalunya, el 74% del PIB corresponde al sector servicios, una actividad económica fuertemente dependiente del turismo.
En apenas unos días, el 14 de marzo, se cumplirá un año desde que Pedro Sánchez decretara el estado de alarma en todo el territorio español por el avance del Covid-19. Las consecuencias económicas del cierre del país son conocidas por todos: el PIB español cayó un 11% en 2020 y el catalán, unas décimas más (- 11,4%). Sin embargo, el cierre de la restauración ha invisibilizado las consecuencias que esta caída tiene en la economía real: ¿Cuántos locales seguirán cerrados cuando se supriman las restricciones? Según el Gremi de Restauradors, el 25% ha echado el cierre para siempre.
Local cerrado en Catalunya (EP)
En Catalunya, el 74% del PIB corresponde al sector servicios, una actividad económica fuertemente dependiente del turismo - Catalunya es el primer destino de los turistas internacionales que visitan España-. La recuperación en este sector, de momento, se ve muy lejana y por tanto, una gran parte del PIB catalán se encuentra en riesgo de colapsar.
Roger Pallarols, presidente del Gremi de Restauradors de Barcelona, afirma a El Economista que 2020 ha sido "un año negro". ""Desde el punto de vista económico es un año fallido. Cada día hay más destrucción empresarial, más desocupación y se constata que Barcelona queda en una situación muy preocupante", asegura al periódico económico.
El presidente del Gremi no conoce exactamente cuántos locales de restauración en Catalunya han echado el cierre para no volver a abrir nunca más, pero estima que puede llegar al 25% de los negocios. "Antes del Covid había unos 9.500 locales en Barcelona y a día de hoy creemos que un 25% ha cerrado definitivamente", asegura a El Economista.
"Si no se pone freno a estas políticas de restricciones la cifra puede llegar a multiplicarse y se podrían perder alrededor del 50% de los establecimientos", alerta Pallarols.
"Muchas empresas no pueden resistir más y todavía quedan meses de obstáculos por delante", explica Anna Pruna, presidenta del Indescat. "Si el Gobierno no rectifica, no quedará nada por salvar", lamenta.
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