Estudiantes ocupan un edificio de la UB para exigir compromisos contra la "crisis educativa"

Un centenar de estudiantes han ocupado este martes por la mañana el edificio central de la Universitat de Barcelona (UB) en la plaza Universitat para exigir a los rectores que firmen el 'Compromiso contra la crisis educativa' lanzado por el movimiento estudiantil en el marco de la pandemia.

UB @CatalunyaPress

Fuentes del Sindicat d'Estudiants dels Països Catalans (Sepc) han explicado que el sindicato y las asambleas de facultad han decidido llevar a cabo esta acción ante el "inmovilismo" de las universidades frente a las demandas que incluye el compromiso.

A las 8.30 horas, la ocupación se desarrollaba en un ambiente "en calma" --según las mismas fuentes-- y los estudiantes no se han encontrado con ningún obstáculo para entrar e instalarse en el edificio, hasta el que han arrastrado algunos contenedores.

"La pública está en una situación límite y nosotros estamos aquí para defenderla. No nos iremos hasta recibir una respuesta", ha avisado el Sepc en un tuit.

En una entrevista en Catalunya Ràdio, el director general de los Mossos, Pere Ferrer, ha asegurado que al cuerpo le consta la ocupación del edificio histórico, y fuentes de la policía catalana han explicado que no hay prevista ninguna actuación sobre la ocupación en las dependencias de la UB.

MÁS PROTESTAS

En el marco de la misma reivindicación, el Sepc ha convocado a las 10.00 horas una manifestación en la plaza de Sant Domènech de Girona, donde también prevén ocupar un edificio de la Universitat de Girona (UdG).

Estas protestas se producen casi una semana después de que el movimiento estudiantil cortara la Diagonal de Barcelona a la altura del campus de la UB para exigir a los rectores que firmaran este compromiso.

Entre otras medidas, el documento reclama la equiparación de los precios de grado y los de máster entre sí, la remuneración obligatoria de las prácticas y el "apoyo para la absolución de todos los encausados por defender la universidad pública".

También exige un plan de choque para el catalán ante la "emergencia lingüística", implantar protocolos feministas efectivos y revisar los planes docentes desde una perspectiva de género.