“Alguns dies d’ahir”: ficción dramática sobre historia reciente en la Villarroel
Jordi Casanovas ha escrito una comedia dramática que ha dirigido Ferran Utzet y se ha estrenado en la sala Villarroel.
Parece que fue ayer y han pasado ya casi cuatro años desde aquellos meses frenéticos en que desarrollaron unos hechos que han tenido muy diferente valoración según sea quien los analice y un resultado en no poca medida decepcionante, como confiesa en los momentos finales de la función Jaume (Abel Folk), uno de los personajes de “Alguns diez d’ahir”.
Jordi Casanovas ha escrito una comedia dramática que ha dirigido Ferran Utzet y se ha estrenado en la sala Villarroel. Su autor ha situado la acción argumental en ¿lo recuerdan? el asendereado otoño de 2017 por lo que, como apunta Utzet, “esta vez no hay distancia dramática: la obra nos invita, a través de las conversaciones de una familia durante aquel otoño convulsa de 2018, a sumergirnos en nuestro pasado más reciente para entender como sentimos, cómo nos decía Jordi Borràs, durarán años. Se trata de revivir y revisar no la HISTORIA con mayúsculas, sino la historia, la de las personas. Recordar que éramos entonces y, tal vez de paso, entender mejor quienes somos hoy. Algunos días de ayer convierte el teatro en una prodigiosa máquina del tiempo, y nos invita a subir para revivir nuestra experiencia individual y colectiva”.
La versatilidad de esta sala teatral permite que el espectador se sitúe en derredor de la mesa del domicilio de una familia cualquiera en torno a la que el autor ha querido reunir a sus cuatro miembros en sucesivos encuentros en los discuten la actualidad. Con actitudes contradictorias puesto que el padre y el hijo (Folk y Francesc Cuéllar), son de alguna forma protagonistas concienciados y entusiastas y la madre y la hija (Miriam Iscla y Marta Ossó), espectadores escépticos, más aún, esta última radicalmente discrepante con todo lo que está ocurriendo. Una situación que podríamos considerar muy verosímil y, de alguna forma, representativa de lo que pudo ocurrir en cualquier familia. Puesto que además, como en la vida real, detrás de todo ello laten los problemas personales derivados de la propia relación familiar.
Los tipos creados por Jordi Casanovas están muy bien perfilados y son verosímiles y las situaciones resultan creíbles. Por lo demás, el hilo conductor se desenvuelve con habilidad, de forma que “Alguns dies d’ahir”, sin pretender ser en modo alguno una obra testimonial, sí constituye una buena ocasión para repensar unos hechos que todos vivimos en una u otra forma y que siguen trayendo cola.
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