Un tren sobre el escenario del Teatro Condal

quiero hacer justicia y rendir particular homenaje a Sebastià Brosa, que ha sido el creador de la escenografía empleada para la adaptación al catalán de la versión que con destino al teatro hizo Ken Ludwig de “Asassinat a l’Orient express”, una de las novelas más celebradas de Agatha Christie que se ha estrenado en el Condal, nos dicen que por primera vez en Europa.

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Teatro.Un tren sobre el escenario del Condal

 


Teatro.Un tren sobre el escenario del Condal

@Pablo-Ignacio de Dalmases


Cuando se habla o se escribe de una obra teatral se citan los nombres de su autor o autora, intérpretes y director, pero el resto de profesionales que ha hecho posible su puesta en escena queda por lo general relegado a una cita de compromiso, cuando no sencillamente olvidado. Pues bien, quiero hacer justicia y rendir particular homenaje a Sebastià Brosa, que ha sido el creador de la escenografía empleada para la adaptación al catalán de la versión que con destino al teatro hizo Ken Ludwig de “Asassinat a l’Orient express”, una de las novelas más celebradas de Agatha Christie que se ha estrenado en el Condal, nos dicen que por primera vez en Europa. Como quienes hayan leído esa obra o hayan visto su versión cinematográfica saben, trata del crimen que se produce en la legendaria línea férrea de ese nombre que cubrió la distancia entre Londres y Estambul durante varias décadas del siglo XX, hecho que, en la imaginación de la autora inglesa, ocurre cuando está atravesando Yugoslavia.


Ahí es nada simular un convoy ferroviario sobre el espacio escénico de un teatro. Brosa ha tenido que poner en juego su imaginación y ha diseñado unos compartimentos del “sleeping car” de tal forma que permiten que la acción pase de uno a otro de ellos de forma verosímil y creíble. Y lo ha hecho de tal modo que esos mismos compartimentos pueden aparecer y desaparecer de escena y cambiar de posición, según lo exija la acción dramática. Por si ello fuera poco, ha creado una ilusión óptica de extraordinario efecto que induce al espectador a ver cómo la locomotora del expreso inicia su marcha…. ¡en dirección a la platea! Sin llegar nunca a ella, claro. Una obra maestra que habrán de estudiar concienzudamente los alumnos del área de escenografía del Instituto del teatro.


Dicho esto, añadamos que Eduard Farelo encarna un bien caracterizado y convincente Hércules Poirot, el detective belga capaz de discernir los más enrevesados delitos con la única arma de su inteligencia y su capacidad de razonamiento, gracias a sus célebres “células grises” del cerebro. Está acompañado por otros nueve intérpretes, lo que hace de “Asassinat a l’Orient express”, que ha dirigido Iván Morales, un montaje de extraordinaria ambición y, todo hay que decirlo, excelente resultado.


Nos aseguraron en la presentación que en el proyecto se había invertido medio millón de euros, una cantidad astronómica que parece difícil que pueda amortizarse en los cinco meses escasos que se ha previsto permanezca en la cartelera del teatro Condal. Pero cuando planteamos esta duda a los responsables del teatro, nos dijeron que ese era su problema. Lo cierto es parece un montaje harto difícil de trasladar a la mayor parte de teatros del resto de provincias catalanas y cuya única salida para obtener su adecuada rentabilidad es la de llevarlo luego a Madrid, donde Focus también ha establecido sus reales. Claro que para ello solo hace falta un detalle. Traducir de nuevo la versión, ahora al castellano. 

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