Investigan la muerte de 200 personas usadas como cobayas humanas en un estudio contra el Covid-19

La Comisión Nacional de Ética en la Investigación de Brasil (CONEP) está investigando la muerte de 200 personas que se encontraban ingresadas en las UCI de los hospitales del país a causa del coronavirus. Sin que sus familiares fueran informados con exactitud y claridad, los pacientes formaron parte de un estudio experimental.

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Archivo - Zona UCI Hospital San Pedro en Logroño

 


Archivo - Zona UCI Hospital San Pedro en Logroño

@EP


La Comisión Nacional de Ética en la Investigación de Brasil (CONEP) está investigando la muerte de 200 personas que se encontraban ingresadas en las UCI de los hospitales del país a causa del coronavirus. Sin que sus familiares fueran informados con exactitud y claridad, los pacientes formaron parte de un estudio experimental.


Los investigadores querían saber cómo funcionaban los tratamientos con proxalutamida, un medicamento que se utiliza en algunos tipos de cáncer pero que no está aprobado ni regulado en Brasil.


Según publica El País, pese a ello se autorizó que se realizase el estudio clínico para conocer cuál era la eficacia del fármaco en los pacientes gravemente enfermos de Covid. Luis Alberto Nicolau, presidente del Grupo Samel, dedicado a la atención hospitalaria, explicó que los pacientes podrían beneficiarse de "un medicamento estadounidense para el tratamiento del cáncer que funciona excepcionalmente contra la covid-19".


Sin embargo, se trataba de un estudio experimental e irregular. Se provó la droga en 645 participantes aunque el número que habían permitido era de 294. De ellos, terminaron falleciendo aproximadamente 200.


El órgano del Ministerio de Sanidad ha comunicado en un informe recogido por el medio citado que ven "indicios de irregularidades en el estudio, así como transgresiones de las normas vigentes sobre ética en investigación con seres humanos". Y es que según señalan los familiares de los afectados, los sanitarios no realizaron ningún tipo de seguimiento sobre la cantidad o la forma en la que los pacientes recibían la proxalutamida. "No se nos explicó qué medicamento era ni que se trataba de un estudio. Solo nos dieron un papel que firmamos porque confiamos en los médicos", relata una de las afectadas a El País.


Algunos familiares han denunciado para que se aclare si la muerte de sus seres queridos se produjo o no a causa de la proxalutamida. 


En esta línea, Red Latinoamericana y del Caribe de Educación en Bioética de la Unesco afirmó en un comunicado el pasado 9 de octubre que este podría ser uno de los casos más "serios y graves de infracción ética y de violación de derechos humanos" de pacientes en la historia de América Latina. Por eso, indican: "Es urgente que, si se demuestran las irregularidades, se investigue a todos los implicados y se les exija responsabilidades éticas y legales".

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