Una sociedad enferma despide a Verónica Forqué

Verónica Forqué ha fallecido a los 66 años

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La actriz Verónica Forqué

 

La actriz Verónica Forqué

Verónica Forqué @ep


Verónica Forqué ha fallecido a los 66 años. El cuerpo sin vida de la actriz ha sido encontrado este lunes por la mañana en su vivienda de Madrid y ahora, todo el país contiene la respiración. España ha perdido a una de sus artistas con más solera y además, la sociedad no ha dado la talla en sus últimos días. Los sentimientos de shock y culpa se entremezclan. 


Este no es un artículo escrito para especular sobre las circunstancias de su muerte, que aún se desconocen. Por el momento no se sabe si Verónica Forqué ha decidido quitarse la vida o si ha tenido una muerte natural, pero lo que sí es constatable es el escarnio público que tuvo que soportar en sus últimos días, tras participar en 'Masterchef Celebrity'. 


Verónica participó en un reality y, antes de acabar el concurso, dijo basta. “Mi cuerpo y el universo me estaban diciendo necesitas parar”, declaró antes de abandonar el programa. Fue su última aparición televisiva y, después de eso, tuvo que soportar una retahíla de mensajes a través de las redes sociales - que no vamos a volver a reproducir- donde se la insultaba y se la calificaba de formas muy poco agradables. Por haber pasado por un programa de telerrealidad y haber tenido un perfil polémico, la Forqué tuvo que soportar una lluvia de desprecios del mismo público que la encumbró y que hoy llora su pérdida. 


Y lo más indignante de todo es que pocos escucharon a Verónica cuando dijo que necesitaba "parar", fue mucho más fácil criticar a una concursante por no haber ofrecido el papel que el televidente esperaba. Porque, en esta sociedad enferma, ser funcional prima sobre el bienestar emocional. Se tiene que ofrecer el perfil que espera la comunidad o lo único que queda es el enjuiciamiento público.


Sin saber cómo la Forqué ha abandonado este mundo, sí se puede afirmar que el público ha amargado sus últimos días, o al menos lo ha intentado - ojalá Verónica haya ignorado todos los mensajes en las redes-. Una actriz que hasta pasar por un reality solo había recibido elogios por su trayectoria profesional, de golpe tuvo que aguantar a hordas de ofendiditos juzgándola. Y ahora ya no está. 


Puede que esta situación deba hacernos reflexionar sobre cómo usamos las redes sociales y sobre si, en algún momento, estamos llegando a deshumanizar a las personas que tenemos enfrente en los espacios virtuales. Muy pocos se preguntaron si Verónica Forqué estaba al límite cuando afirmó que necesitaba parar, y más siendo una mujer que ya había expresado haber pasado por episodios depresivos. Las redes preferieron ver a la 'celebrity' y no a la persona. 


La muerte de la gran Verónica Forqué debería servir para pensar en el camino que estamos llevando y si realmente es lo que queremos. No se trata de culpabilizar a nadie en concreto, solo sentarse cinco minutos y reflexionar. Ahora toca llorarla y homenajearla porque ya no está, pero en vida se la podría haber tratado un poco mejor. 


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