Yolanda Díaz y Podemos, de la lealtad institucional a la política del titular
La relación entre Podemos y Yolanda Díaz no está pasando por sus mejores momentos. Se suceden las crisis y el escenario siempre es el mismo: la vicepresidenta utiliza un discurso sosegado e institucional que dista mucho del ofrecido por sus compañeros de la formación morada, actualmente liderada por Ione Belarra, que suelen enfocar sus política hacia el titular.
La relación entre Podemos y Yolanda Díaz no está pasando por sus mejores momentos. Se suceden las crisis y el escenario siempre es el mismo: la vicepresidenta utiliza un discurso sosegado e institucional que dista mucho del ofrecido por sus compañeros de Podemos, actualmente liderado por Ione Belarra, que suelen enfocar sus políticas hacia el titular.
Yolanda Díaz y Ione Belarra @ep
Y llegados a este punto, Díaz ha empezado a defender sus intereses y a alejarse de la cúpula de la formación morada. El último choque ha llegado con los comicios andaluces, donde Podemos, IU, Más País, Equo, Iniciativa del Pueblo Andaluz y Alianza Verde han formado un frente de izquierdas que pretende hacer sombra al PSOE y sacar al PP de la presidencia de la Junta. Sin embargo, el proceso se ha gestionado mal desde la cúpula morada, y finalmente Podemos y Alianza Verde se han quedado fuera de la coalición.
Este desbarajuste no ha gustado nada a la vicepresidenta segunda del Gobierno, que se ha apresurado a afirmar que el proyecto que pretende comandar para las generales "nada tiene que ver" con la gestión de los comicios andaluces. Y lo ha dicho justo después de que Podemos sacara pecho por el pacto andaluz, asegurando que es el primer paso para la gran coalición de izquierdas que quiere comandar Díaz. Sin embargo, la gallega tiene otro plan, y se aleja mucho del dibujado por Pablo Iglesias, que parece que nunca llegó a abandonar la cúpula de la formación morada.
A Yolanda Díaz no le ha gustado la imagen que ha ofrecido el nuevo frente de izquierdas en la negociación para los comicios andaluces, asegurando que "estas cosas son las que alejan" a la ciudadanía de los partidos. Ella asegura que quiere construir un proyecto que sea "de la gente", y que también incluya a los partidos, pero con un rol más secundario. En este sentido, afirma que el acuerdo andaluz está "desgajado" de su proyecto.
PERFIL INSTITUCIONAL
Si algo ha demostrado Yolanda Díaz durante su mandato como vicepresidenta del Gobierno ha sido que mantiene una lealtad institucional con su socio de Gobierno, el PSOE encabezado por Pedro Sánchez. Las discrepancias entre la política gallega y los socialistas se han debatido, principalmente, dentro del Consejo de Ministros, mientras que Podemos lo hace en los medios de comunicación.
Esta diferencia en la gestión de la coalición es evidente en casos como el CatalanGate, el caso de espionaje con el software Pegasus que afectó a políticos catalanes independentistas. Mientras en Podemos han pedido, y siguen pidiendo, depurar responsabilidades políticas al "más alto nivel" - sin dar nombres, pero apuntando directamente a Margarita Robles y a la directora del CNI, Paz Esteban-, la vicepresidenta Díaz marca un perfil de lealtad institucional con sus socios de Gobierno, y pide que se deje a la justicia investigar el caso, sin exigir públicamente la cabeza de ninguno de sus compañeros del Ejecutivo. "Creo que hay que investigar y saber lo que ha pasado y, como hacemos los demócratas y una vez que conozcamos los hechos, después valorar lo que sucede y tomar las medidas que sean precisas. Si hay que depurar responsabilidades, por supuesto depurarlas", apuntó Díaz al ser preguntada por Pegasus.
La relación entre Yolanda Díaz y Podemos parece que será más tirante a medida que se vaya agotando la legislatura y llegue el momento de articular el nuevo frente de izquierdas. Podemos necesita a Díaz para sobrevivir y no tener que acudir a unas elecciones con Ione Belarra o Irene Montero como cabezas de lista, lo que supondría una debacle electoral y posiblemente, el fin del partido. Y a la vez, Díaz necesita el apoyo de Iglesias y CIA. para articular una candidatura de izquierdas unitaria, lejos de la lucha partidista que quiere evitar y que podría proyectar con un enfrentamiento mediático con la cúpula Podemos. Ambos se necesitan, pero la distancia cada vez es mayor y en el liderazgo solo puede quedar uno. ¡Qué vuelen los cuchillos!
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