Comienza la campaña para reducir los incendios en los bosques de Ribera
El operativo ha comenzado esta semana en las comarcas de Lleida y terminará a principios de junio en la parte más oriental del territorio.
Bosque del Seròs | @ep
El Grupo Especial de Prevención de Incendios Forestales (GEPIF), el Cuerpo de Agentes Rurales y las Agrupaciones de Defensa Forestal (ADF) han puesto en marcha la campaña para prevenir los incendios forestales originados por el vello que producen los árboles de ribera, sobre todo el chopo o el álamo. El operativo ha comenzado esta semana en las comarcas de Lleida y terminará a principios de junio en la parte más oriental del territorio.
Esta campaña se hace desde 2011 y prevé actuar especialmente en lugares de afluencia de gente, como carreteras, márgenes de caminos o áreas recreativas. Los trabajos se centran en aplicar agua sobre el terreno cubierto de vello y la clausura temporal de barbacoas en áreas recreativas donde exista acumulación de estas semillas. El operativo cuenta con cerca de 50 agentes del Cuerpo de Agentes Rurales, así como con personal del GEPIF y miembros de las ADF que realizan trabajos de chubasco con agua para compactar el vello, minimizar el oxígeno, y reducir su riesgo de ignición.
Esta campaña prevé actuar en las comarcas del Baix Llobregat, Garraf, Maresme, Vallès Occidental, Vallès Oriental, Anoia, Solsonès, Bages, Berguedà, Osona, Noguera, Segrià, el Alt Penedès, el Baix Ebre y la Ribera d'Ebre. Precisamente, el último fin de semana se produjo un incendio en Seròs en la comarca del Segrià, que afectó a unas 46,50 hectáreas de bosque de ribera, según datos provisionales. La principal hipótesis de los Agentes Rurales es que el origen habría sido la actividad de una acampada ilegal (vinculada a la actividad piscícola) en un lugar con acumulación de vello de chopo o chopo.
La pollinización del chopo libera unas semillas minúsculas con largos pelos algodonosos. En zonas donde existen muchos ejemplares de este tipo de especie se crean grandes alfombras blancas muy inflamables, incrementando exponencialmente el riesgo de incendio cuando estas zonas confluyen con la actividad humana.
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