Putin es un hombre gris convertido en icono de Rusia (“Tenemos que hablar de Putin”, Mark Galeotti)

Recuerda de sus orígenes en el KGB y opina que “domina algunas de las técnicas de un agente de seguridad bien entrenado, sobre todo a la hora de detectar la vulnerabilidad de la gente y servirse de ella, pero su experiencia procede del último KGB cuyo motor ya no eran las glorias y sueños marxistas leninistas, sino el corrupto interés personal

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Libros.Tenemos que hablar de Putin

 

“Tenemos que hablar de Putin. Es verdaderamente necesario. No solo porque, nos guste o no, es una de las personas más importantes del planeta, ni tampoco por el impacto geopolítico de la batalla que está librando con occidente con fanfarronadas y engaños, con memes y dinero, sino también porque se ha convertido en un símbolo planetario que cada cual define a su gusto” dice Mark Galeotti en “Tenemos que hablar con Putin” (Capitán Swing), un pequeño volumen en el que trata de ofrecer claves para comprender mejor a este personaje del que todos hablan y muy pocos conocen en realidad porque no es un jugador de ajedrez, sino de judo, lo que le hace ser oportunista e impredecible, lo cual “explica por qué tantas veces somos incapaces de anticipar sus movimientos”.


Libros.Tenemos que hablar de Putin


Recuerda de sus orígenes en el KGB y opina que “domina algunas de las técnicas de un agente de seguridad bien entrenado, sobre todo a la hora de detectar la vulnerabilidad de la gente y servirse de ella, pero su experiencia procede del último KGB cuyo motor ya no eran las glorias y sueños marxistas leninistas, sino el corrupto interés personal”. Sigue estando muy identificado con los chequistas y es un fan de los espías, pero en su ejercicio profesional nunca llegó a ser un James Bond soviético porque nunca tuvo demasiada experiencia sobre el terreno y su actividad estuvo limitada a la gestión de los servicios.


Desmiente que sea comunista en sentido ideológico. “Más bien parece echar de menos el orden de aquel tiempo y desde luego le duele la pérdida de la condición de superpotencia indiscutible que ostentaba la Unión Soviética”. Pero “detrás del trono de Putin no hay ningún personaje concreto que mueva los hilos, ni tampoco ninguna filosofía o filósofo concreto que modelen su pensamiento”. Es, eso sí, “un patriota visceral que cree que Rusia debería recibir la consideración de gran potencia no por su poderío militar, su economía o ningún indicador concreto, sino por el hecho de ser Rusia”, aunque es consciente de que Occidente es más poderoso que su país, un gigante con pies de barro en el que el 90 % de sus riqueza está en manos del 10 % de sus habitantes.


Le considera el “hombre de la mil máscaras”, pragmático, que adopta “la pose del aventurerismo y de que no arredra por nada” pero que en el fondo es prudente y tiene aversión al riesgo (este ensayo fue redactado antes de la invasión de Ucrania), acepta y encubre la corrupción y admite hasta cierto punto a sus enemigos, pero no tolera la traición. “Putin no es un tirano que asesina indiscriminadamente” porque es un “autócrata compasivo”, pese a que ha aceptado o tolerado que otros lo hagan por él. El problema es que “en gran medida se le valora no como hombre, ni como político, sino como un icono de Rusia” del que los ciudadanos corrientes no son “fervientes seguidores”, sino más bien “víctimas”.


En las últimas páginas hay una adenda sobre la guerra de Ucrania, que le lleva a afirmar que “Putin se equivocó no porque haya perdido el juicio, sino porque se le permitió tomar decisiones aparentemente racionales sobre la base de múltiples errores de apreciación con respecto a la situación real… Se había rodeado de subordinados sumisos, halcones como él, y aduladores ambiciosos que competían entre ellos por la oportunidad de decirle no lo que necesitaba escuchar, sino lo que quería oír”. Y le conceptúa finalmente como un “hombrecillo gris”.


Capitán Swing publica a la vez otra obra de Galeotti: “Breve historia de Rusia. Cómo entender la nación más compleja del mundo”, un ensayo breve pero redactado con excelente conocimiento del pasado de este gigante euroasiático y buen conocimiento de sus gentes por ciencia propia del autor. 


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