Viendo el debate que se ha celebrado en el Parlament de Catalunya, uno ha tenido la sensación que contemplaba la pelea entre dos púgiles de pesos pesados que, llegados al asalto quince, se deslizan sobre la lona agarrándose compulsivamente para no caerse, porque el agotamiento de un combate cargado de golpes en el que ambos se han dejado el aliento tratando de derivar al rival infructuosamente, ha acabado con todas sus iniciativas y mejor técnica.
Perdóneme el candidato, pero lo de este domingo de Enero, digan lo que digan quienes jalean su candidatura, ha sido el peor debate de las últimas legislaturas y un mal presagio para lo que nos depara el futuro inmediato. Nadie se salva de esta quema dialèctica y por supuesto, quien nos ha de presidir los próximos 18 meses ,que ese es el trato entre Junts pel Si y la CUP alcanzado a golpe de estrategia y cuando la campana electoral estaba a punto de sonar.
Al Molt Honarable Carles Puigdemont President de la Generalitat número 130, le deseo salud e inteligencia para acometer el duro trabajo que le espera a partir de ahora, aunque no comparta, ni sus ideas, ni las de quienes forman la coral polifónica que le acompaña en este ruta hacia la independencia y ruptura con España. Se que los que aquí vivimos y no compartimos su pensamiento, estamos condenados al menosprecio y sobre todo, a vernos situados en la disyuntiva de plantarnos socialmente y decir aquello de “hasta aquí hemos llegado” para defender nuestros legítimos derechos como ciudadanos y contribuyentes, y de esta manera no ser sometidos al capricho de una gran minoría. Fiar nuestro futuro, a quienes manifiestan si ningun rubor que “han corregido” mediante un acuerdo entre dos “aquello que las urnas no les dieron” para ocupar el poder, es dificilmente asumible y produce sinceramente miedo democrático.
Una mitad mayoritaria de los catalanes somos discrepantes y según Artur Mas, el padrino de esta componenda, “los partidarios del mal”. Vistas así las cosas por el líder que nos llevaría a Itaca, ¿que se puede esperar de nosotros, salvo la critica destructiva que nos conduzca a unos nuevos comicios en el que puedan reflejarse los auténticos datos de la situación política en Catalunya, que las encuestas nos dicen que son desastrosos para los Pujol, Mas, Puigdemont,. si, también Puigdemont, que para eso es compañero de Rull y compañía y admirador de la obra pujoliana?
Lo siento, pero esta vez, no hay cien días de gracia, porque queda un mes apenas, según la hoja de ruta independentista, para que se inicie el “procés” de ruptura. Una situación, de la que parece no van a defendernos los partidos de Madrid, perdidos en debates estériles, sin que sus principales líderes sepan dar ese paso atrás que parece, incluso contra su voluntad, ha tenido que dar Artur Mas que ha dejado a sus homónimos españoles petrificados e incluso, como se dice popularmente, con el culo al aire.
La pelea, porque esto es una pelea, comienza mañana. Cada cual la asumirá con los medios que tenga a su alcance. Los nuestros, son muy modestos: tan solo la palabra, que nuestro nuevo President comprenderá, por haber ejercido en tiempos lejanos como periodista, es un arma irrenunciable para defender las ideas que todo ciudadano asume como propias. Ojala todo acabe bien y que como hemos escrito en esta misma tribuna tantas veces, el dialogo triunfe tras este triste panorama que hemos esbozado muy a pesar nuestro. Si así sucede, seremos los primeros en celebrarlo. Sino….. que Dios nos proteja porque hasta aquí hemos llegado y no hay paso atrás que valga, salvo el de tanto dirigente fanático que nos amenaza.
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