Cataluña aumenta la inversión para garantizar el funcionamiento de las depuradoras

El incremento beneficiará a más de 130 depuradoras gestionadas por 32 administraciones
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El Govern ha acordado este martes incrementar un 15% la inversión para garantizar el funcionamiento de las estaciones depuradoras (EDAR) y las regeneradoras (ERA) públicas catalanas para este año, lo que supone 9 millones de euros más con respecto a 2023.

La medida responde a la "necesidad de actualizar los importes a los gastos reales de financiación de los entes gestores de los sistemas públicos de saneamiento en alta, para asegurar el mantenimiento de la prestación del servicio", informa el Govern tras el Consell Executiu.

El incremento beneficiará a más de 130 depuradoras gestionadas por 32 administraciones y que dan servicio a 2,4 millones de habitantes, y estos sistemas de saneamiento se encuentran en zonas afectadas por la sequía y por la escasez de agua, por lo que con esta aportación "se garantizará el correcto funcionamiento".

Desde la activación del Plan Especial de Sequía (PES) en septiembre de 2021, la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) ha puesto a disposición de ayuntamientos y empresas suministradoras 200 millones de euros para mejorar el abastecimiento, y la Secretaría de Acción Climática ha aportado 40 millones más.

Las inversiones han servido para mejorar y reforzar las redes de abastecimiento supramunicipales, mejorar los controles de los caudales en alta, cofinanciar el transporte de agua en camiones cisterna y obras de emergencia, y recuperar y construir pozos, entre otras actuaciones.

¿Cómo funciona una depuradora?

Una depuradora, también conocida como planta de tratamiento de aguas residuales, es una instalación diseñada para purificar las aguas residuales y devolverlas al medio ambiente de manera segura. Este proceso se lleva a cabo en varias etapas, cada una con un propósito específico.

En primer lugar, el agua residual pasa por una fase de pretratamiento, donde se eliminan los objetos grandes y sólidos gruesos mediante rejas y tamices. Estos dispositivos retienen materiales como ramas, plásticos y otros desechos que podrían dañar el equipo de la planta. Además, en los desarenadores se separa la arena y otros materiales pesados mediante sedimentación.

A continuación, en el tratamiento primario, el agua residual se dirige a tanques de decantación donde los sólidos suspendidos se asientan en el fondo formando lodos primarios. Simultáneamente, los aceites y grasas flotan y se eliminan en la superficie.

El siguiente paso es el tratamiento secundario, que se centra en la eliminación de la materia orgánica disuelta en el agua. Este proceso utiliza microorganismos (bacterias) que descomponen la materia orgánica. Hay varios métodos para este tratamiento, siendo los más comunes los fangos activados y los lechos percoladores. En los fangos activados, el agua se mezcla con lodos activos que contienen microorganismos en tanques aireados, donde las bacterias descomponen la materia orgánica. En los lechos percoladores, el agua se rocía sobre un lecho de material permeable cubierto de una biopelícula de microorganismos. Después de este tratamiento biológico, el agua pasa a través de un proceso de decantación secundaria, donde los lodos activados (biomasa) se separan del agua.

El tratamiento terciario, aunque opcional, es esencial para obtener un agua de alta calidad. En esta etapa, el agua puede pasar por procesos de filtración para eliminar partículas finas. Además, se puede realizar una desinfección para eliminar microorganismos patógenos, utilizando métodos como la cloración, la radiación ultravioleta (UV) o la ozonización. También se pueden reducir nutrientes específicos como nitrógeno y fósforo, que pueden causar eutrofización en cuerpos de agua.

La gestión de los lodos generados durante estos procesos es también crucial. Los lodos se someten a un espesamiento para aumentar su concentración de sólidos y a una digestión anaeróbica para reducir su volumen y generar biogás (metano), que puede ser utilizado como fuente de energía. Posteriormente, los lodos se deshidratan mediante centrifugación, filtros prensa o lechos de secado, y finalmente se disponen de manera adecuada, ya sea como fertilizante en agricultura o en vertederos.

Por último, el agua tratada puede ser reutilizada para diversos fines, como riego, recarga de acuíferos, procesos industriales o incluso como agua potable, después de un tratamiento avanzado adicional.

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