Marruecos y Argelia se juegan mucho en la segunda vuelta de las elecciones en Francia
Francia cuenta entre su censo con derecho a voto con cerca de 2.040.000 ciudadanos franceses la mitad de los cuales son nacionalizados de origen marroquí y la otra mitad argelino.
Ambos votantes tienen intereses contrarios y complejos en la segunda vuelta de las elecciones francesas donde la ultraderecha de Le Penn parte como favorita ante un Frente de Izquierdas en desventaja pero dispuesto a plantar cara en las urnas.
Marruecos y Argelia ex colonias francesas se juegan mucho en estos comicios dados que tienen sus intereses puestos en el nuevo inquilino del Eliseo.
Así mientras Marruecos y su rey, Mohamed VI apuestan por Le Penn para conseguir el tan anhelado reconocimiento del Sáhara Occidental como territorio únicamente marroquí y así ha pedido a sus sorprendido súbditos un voto a favor de Agrupación Nacional un partido declarado públicamente xenofobo árabe. En Argelia tienen claro que hay que dar su apoyo en las urnas por quien no tendrá entre los seguidores musulmanes su principales expulsiones del país galo.
Desde la Mezquita de París hacen llamientos a evitar que la ultra derecha tome el control de Francia que perjudicaría a la población musulmana no regularizada en primera instancia y haría saltar en pedazos la maltrecha relación franco-argelina que dejaría a Francia en una preocupante situación frente a la importación de hidrocarburos en los que solo en 2023 invirtieron 6.000 millones de euros franceses.
Marruecos y Argelia están jugando en el partido francés y los votos de sus ciudadanos nacionalidades que son el 60% de ellos mientras el resto espera conseguirlo tienen mucho que decir este domingo.
DÍFICIL ECUILIBRIO DIPLOMÁTICO
Todos los presidentes de Francia se han enfrentado a un mismo rompecabezas que muchos afirman que es irresoluble: el equilibrio de las relaciones francesas con Marruecos y Argelia con el eterno enigma francés en el Magreb.
En las relaciones entre Francia y Marruecos desde hace varios años han sido tensos, dado que Rabat viene mostrando su malestar ante los numerosos «desplantes» del Gobierno francés mientras que el gobierno de Macron hacía oidos sordos.
Cabe recordar que en septiembre de 2021 tuvo lugar la llamada "crisis de los visados" y fué cuando Francia redujo la concesión de visados a ciudadanos marroquíes, algo que no fue bien recibido en el reino alauita y ante la posición de Rabat que no daba su brazo a torcer Francia acabó claudicando y levantó las restricciones impuestas.
Marruecos quiere que cambie en su favor la actual negativa de Francia a econocer la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, y los acercamientos con Argelia su país eterno enemigo con quien mantenie cerradas las fronteras desde hace tres años.
En Argel la posición es diametralmente opuesta, y ven imposible tener una relación cordial con Francia si ésta se pliega a las demandas marroquíes. La tarea demanda por tanto un funambulismo diplomático de difícil ejecución y prácticamente imposible de mantener.
Con Argelia a pesar de la falta de cooperación en la lucha contra la inmigración ilegal, del acercamiento de Argelia a Rusia, o de las intervenciones argelinas en Francia durante los disturbios en el país, Francia siempre está dispuesta a mejorar sus relaciones bilaterales.
En Argelia preocupa que se dé por finalizado el acuerdo de inmigración firmado con Argelia en 1968, que concede un estatuto especial a los argelinos en materia de circulación, residencia y empleo. De hecho este temor es muy real dado que durante los últimos años los partidos de derecha francesa han acusado al presidente saliente Macron de tener una postura "permisiva" con Argelia y para debilitarla están dispuestos a favorecer un mayor acercamiento con Marruecos.
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