Explota la tensión entre el PSOE y Junts: la comisión del espionaje, congelada tras la caída de Cerdán

La salida de Santos Cerdán, hasta ahora número tres del PSOE y principal interlocutor con Junts, ha dejado al Gobierno sin brújula en uno de los asuntos más delicados de la legislatura: la gestión de los pactos con el independentismo catalán. Su dimisión, en medio de una investigación de la UCO por presuntas comisiones ilegales, ha agravado la parálisis institucional en el Congreso, especialmente en la comisión de investigación sobre la denominada Operación Catalunya.

Cerdán era una figura clave en las negociaciones con el entorno de Carles Puigdemont y su marcha ha dejado al partido sin una estrategia clara ante las exigencias de sus socios parlamentarios. Una situación que se produce en un momento crítico, con la legislatura cuestionada y los acuerdos de investidura bajo tensión.

La comisión, congelada desde mayo y sin fecha clara para reactivarse

La comisión del Congreso que investiga la Operación Catalunya lleva más de un mes en punto muerto. La última sesión tuvo lugar el pasado 19 de mayo, con la comparecencia del exalcalde de Barcelona, Xavier Trias, y del presidente de ERC, Oriol Junqueras. Desde entonces, no se han convocado nuevas reuniones ni se ha activado la Mesa ni a los portavoces para retomar las tareas previstas.

Una de las principales reclamaciones de Junts y ERC es que la comisión amplíe su foco al caso Pegasus, el escándalo de espionaje a líderes independentistas –incluido Pere Aragonès– y a miembros del propio Gobierno de Pedro Sánchez. Sin embargo, el PSOE se ha resistido hasta ahora a abrir esa vía, lo que ha tensado aún más la relación con sus socios catalanes.

Veinte comparecientes pendientes y un nuevo listado sin votar

De los 35 comparecientes inicialmente previstos para la comisión, solo han pasado por la Cámara Baja unos quince. La otra veintena está aún pendiente de ser convocada, mientras que en abril se abrió un nuevo plazo para añadir nombres a la lista. Buena parte de las nuevas propuestas, promovidas por Junts, afectan a altos cargos del Gobierno socialista, lo que hace prever una nueva fase especialmente incómoda para el Ejecutivo.

La comisión nació del pacto entre el PSOE, Junts y ERC para investir a Francina Armengol como presidenta del Congreso y garantizar una mayoría progresista en la Mesa. Además del caso Pegasus, ese acuerdo incluía comisiones sobre los atentados del 17 de agosto de 2017 en Barcelona y Cambrils.

Pegasus, el foco del independentismo para septiembre

La previsión es que la comisión se reactive tras el parón estival, coincidiendo con el inicio del nuevo periodo de sesiones en septiembre. Será entonces cuando se deba decidir si se retoma la lista de comparecientes pendientes, si se aprueba el nuevo paquete centrado en Pegasus, y si se vuelve a citar a figuras del PP como Mariano Rajoy o María Dolores de Cospedal, tras la publicación de nuevos audios con el comisario jubilado José Manuel Villarejo.

En este contexto, tanto Junts como ERC insisten en poner el foco en el espionaje político ocurrido ya bajo mandato socialista, lo que podría tensionar aún más la estabilidad del Gobierno si el PSOE no reorienta su estrategia de respuesta.

La sombra de Cerdán sobre el PSOE

La salida de Santos Cerdán no solo deja un vacío político, sino que pone en cuestión la estructura misma del grupo socialista en la comisión. El portavoz actual, Manuel Arribas, formaba parte de su equipo en la Secretaría de Organización, al igual que otros cargos como Javier Alfonso Cendón o Juan Francisco Serrano. Esta conexión refuerza la percepción de que el PSOE carece de un recambio claro para retomar el liderazgo del proceso.

Una nueva prórroga, necesaria para evitar el cierre anticipado

El trabajo de la comisión está legalmente acotado hasta finales de octubre. Si los grupos parlamentarios desean prolongar sus investigaciones, deberán solicitar una nueva prórroga, como ya ocurrió en 2024. Este trámite requiere votación primero en la comisión y luego en el Pleno, donde basta con una mayoría simple.

De no lograr esa extensión, la comisión podría extinguirse sin haber abordado uno de los escándalos más graves de la democracia reciente: el uso de programas de espionaje contra representantes políticos, incluido el propio Gobierno, y sin haber resuelto las cuestiones clave de la trama Operación Catalunya.

Incertidumbre estratégica en un momento clave

El PSOE afronta un momento de extrema fragilidad interna, sin liderazgo claro en su relación con el independentismo y con varias carpetas abiertas que amenazan con hacer tambalear su agenda política. La salida de Santos Cerdán ha dejado al descubierto no solo una crisis ética, sino una crisis de dirección en plena legislatura. El otoño, con el posible regreso de la comisión, será determinante para el futuro de los pactos y la estabilidad del Gobierno.