La ANC arremete contra Salvador Illa y lo acusa de “vender humo con cara de sepulturero”
La entidad soberanista critica el “declive institucional” de Catalunya y lamenta que Junts y ERC hayan “aplazado indefinidamente” el combate por la independencia
La Assemblea Nacional Catalana (ANC) ha lanzado este viernes un duro comunicado contra el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, a quien acusa de "vender humo con cara de sepulturero" ante los desafíos que afronta Catalunya en su primer año de mandato. La entidad independentista critica duramente lo que considera una gestión continuista y alejada de los compromisos asumidos con el soberanismo.
Según el texto difundido, la ANC denuncia que el Govern "no tiene capacidad financiera ni competencias para llevar a cabo grandes inversiones, ni para desplegar programas de gasto social", y califica de insuficiente el balance presentado este jueves por el Ejecutivo catalán.
La organización señala que Illa no ha cumplido los acuerdos alcanzados con ERC para su investidura, entre ellos el impulso de una financiación singular, el traspaso efectivo de Rodalies y la construcción de una solución política al conflicto catalán. En cambio, lo acusan de centrar su acción de gobierno en lo que denominan “la españolización de Catalunya”.
La ANC también dirige sus críticas a las formaciones independentistas, y lamenta que el combate por la independencia haya quedado “aplazado indefinidamente” por parte de Junts y ERC, mientras que señala la “desorientación de la CUP”. En este contexto, la entidad asegura que Catalunya atraviesa "uno de los momentos más críticos de su historia", y rechaza que existan soluciones “autonomistas” o “españolas” para los retos del siglo XXI.
Ante este escenario, la Assemblea hace un llamamiento a retomar el camino hacia la independencia y a prepararse para el próximo ciclo electoral con una agenda política clara. “Solo una estrategia nacional compartida puede hacer frente a este declive institucional”, concluye el comunicado.
Este posicionamiento de la ANC llega un día después de que el Govern presentara un balance optimista de su primer año, apoyado en indicadores económicos, laborales y de seguridad, que la entidad soberanista considera alejados de la realidad social y política que vive el país.
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