CUP denuncia el impacto del turismo en Barcelona y lanza portal de denuncias contra los pisos no regulados

La formación ha puesto en marcha una web para "animar" a los vecinos a denunciar pisos turísticos

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Non Casadevall y Alba Galimany durante la declaración esta mañana
La CUP pide un decrecimiento en materia de turismo Foto: Europa Press

 

La CUP ha puesto en marcha una web dirigida a los vecinos de Barcelona para tramitar denuncias contra pisos turísticos ilegales, en el marco de una campaña informativa que la formación ha desarrollado en el barrio de Gràcia. La iniciativa busca “empoderar” a los residentes para que actúen frente al aumento de plazas turísticas en la ciudad.

El secretario general de la CUP, Non Casadevall, junto con la miembro de la formación Alba Galimany, ha denunciado este miércoles la “alarmante” cifra de turistas que recibe Catalunya, especialmente Barcelona, y ha reclamado no solo la regulación de los pisos turísticos, sino también la eliminación de algunas plazas turísticas en la ciudad.

Según los datos aportados por la formación, en la Vila de Gràcia existen 7.253 plazas turísticas, de las cuales más de 4.000 corresponden a viviendas, una situación que consideran “incomprensible” para un barrio con una población de alrededor de 50.000 personas.

Casadevall ha defendido la necesidad de un decrecimiento turístico, criticando que la industria turística “no genera más riqueza, sino que nos empobrece y solo sirve a unos cuantos”. Tanto él como Galimany han cuestionado los proyectos de ampliación del puerto y del aeropuerto de Barcelona, que, según señalan, “ahogan a la población” y no constituyen la reconversión económica que la ciudad necesita.

Los dirigentes de la CUP han arremetido también contra el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, a quien acusan de “enriquecer al lobby turístico” y critican la gestión de la tasa turística, que debería destinarse a la reconversión del modelo turístico. Casadevall ha alertado sobre las consecuencias sociales y ecológicas del turismo masivo, calificándolo como un problema estructural que limita la vida comunitaria y reduce el uso del catalán a espacios minoritarios.

Finalmente, la formación ha recordado su aspiración de recuperar “la alegría, el optimismo y el espíritu de 2015, 2017 y 2019”, años en los que, según Casadevall, las políticas de izquierda proponían un modelo urbano centrado en la vida comunitaria y no en el turismo masivo.

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