Trasobares (CTFC): Gestionar bosques sale mucho más barato que construir infraestructuras
Antoni Trasobares recalca que invertir en prevención forestal evita costes de restauración hasta siete veces superiores tras incendios. Propone combinar iniciativas públicas y privadas para mejorar la gestión en Catalunya.
El director del Centre de Ciència i Tecnologia Forestal de Catalunya (CTFC), Antoni Trasobares, ha vuelto a subrayar la necesidad de priorizar la gestión de los bosques frente a grandes infraestructuras: “Construir una línea de AVE o hacer una autopista es mucho más caro que gestionar miles de hectáreas de bosque”.
El experto advierte que los incendios forestales no solo generan un impacto ambiental, sino que multiplican los costes económicos de forma exponencial. Según Trasobares, “el presupuesto de extinguir un incendio y las medidas de restauración son mucho más caras que hacer la prevención adecuada”. Esta afirmación evidencia que el enfoque reactivo es mucho menos eficiente que la inversión en planificación y mantenimiento del territorio.
Costes por hectárea: una diferencia que impacta en todos
Trasobares ha detallado que el gasto de gestionar una hectárea de bosque en condiciones óptimas oscila entre 2.000 y 3.000 euros. En contraste, después del paso de un incendio, la misma superficie puede exigir un presupuesto que “suba fácilmente” hasta los 18.000 o 19.000 euros, lo que representa “6 o 7 veces más de gasto”.
Esta disparidad muestra la necesidad de redirigir recursos hacia la prevención y la planificación territorial, evitando así que los costes posteriores colapsen las cuentas públicas y afecten a la población cercana a las zonas forestales. Por ello, Trasobares propone que las administraciones financien seguros específicos para bosques y viviendas rodeadas de vegetación, similares a los seguros de coche o vida, con el objetivo de hacerlos más asequibles y extensibles a todo el territorio.
Solo un 30% del bosque está gestionado
Catalunya cuenta con un 65% de su superficie cubierta por bosque, pero únicamente un 30% se encuentra correctamente gestionada, según datos del CTFC. Trasobares atribuye esta situación al crecimiento natural de los bosques y a la falta de incentivos: “El volumen de madera se ha duplicado en los últimos 25 años”.
Para revertir esta tendencia, el experto defiende diversificar el paisaje y crear barreras naturales: “Al lado de una zona forestal frondosa debería haber, por ejemplo, viñedos u olivares que sean capaces de limitar la propagación de los incendios”. Esta estrategia combina la protección ambiental con un retorno económico para los propietarios, fomentando que la gestión forestal sea rentable y sostenible.
Además, Trasobares insiste en la necesidad de equilibrar intereses privados y generales: “Debemos encontrar un punto de encuentro entre el propietario y el interés general, porque el hecho de que una o más zonas de bosque no estén bien gestionadas afecta a los vecinos y a las poblaciones cercanas”.
Collserola: un ejemplo de la urgencia de la gestión
El Parc Natural de Collserola, ubicado cerca de núcleos urbanos densamente poblados, se ha convertido en un caso paradigmático de los retos que plantea la gestión forestal. Trasobares lo define como “un paradigma importante” y alerta sobre la densidad de vegetación mal regulada que existe actualmente: “Hoy en día, Collserola no tiene una densidad bien regulada, con alternancias de uso, agricultura y pasto, pero sí estamos viendo propuestas cada vez más claras para transformarlo”.
El experto recalca que la correcta planificación y regulación de estos espacios no solo protege el entorno natural, sino que salvaguarda a los ciudadanos y mejora la resiliencia frente a incendios que podrían tener consecuencias devastadoras.
Hacia un modelo sostenible y participativo
Trasobares propone un enfoque integral que combine la acción pública con la participación privada, generando un sistema de gestión forestal eficiente y económicamente viable. Apuesta por subvenciones, seguros y proyectos que incentiven a los propietarios a mantener y diversificar sus terrenos, transformando paisajes y reduciendo riesgos.
El experto concluye que invertir en prevención forestal no es solo una cuestión ambiental, sino también económica y social: cada euro destinado a cuidar los bosques evita gastos posteriores que pueden multiplicarse hasta siete veces y protege a las comunidades cercanas. La gestión activa, según Trasobares, es la estrategia más efectiva para garantizar que Catalunya siga siendo un territorio seguro, sostenible y preparado frente a los retos del cambio climático.
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