- Vídeo: El actor Eduard Fernández aprovecha el Premio Nacional para denunciar la violencia en Gaza
Eduard Fernández se convierte en la voz de los más vulnerables al recibir el Premio Nacional de Cinematografía 2025. Su gesto con un pañuelo palestino y sus palabras reivindicativas buscan concienciar sobre la crisis humanitaria en Gaza.
La entrega del galardón se convierte en un momento de reflexión y denuncia social, donde la cultura y la responsabilidad ciudadana se entrelazan. Fernández utiliza su reconocimiento como plataforma para abordar conflictos que trascienden la pantalla y afectan a millones de personas.
Un gesto cargado de significado
Este sábado, durante la ceremonia de entrega del Premio Nacional de Cinematografía 2025, el actor catalán Eduard Fernández decidió colocarse un pañuelo palestino mientras recibía el galardón de manos del ministro de Cultura, Ernest Urtasun. Con este gesto, quiso mostrar su apoyo a Gaza y visibilizar la crisis humanitaria que afecta a la población civil en la Franja.
“Quiero reivindicar una barbaridad que está ocurriendo en estos momentos y es el genocidio de Gaza. Los quiere matar a todos de la manera más cruel y más bestia. Cuesta encontrar palabras, pero Gaza es un espejo donde salimos todos, lo queramos o no”, afirmó Fernández ante el auditorio.
El actor leyó nombres de menores que han perdido la vida en la ofensiva israelí, recordando la necesidad de mantener viva la conciencia sobre lo que ocurre en Gaza. “Ellos no se van a cansar de matar sistemáticamente. Algunos dirán ‘qué pesados son con el tema’, pero no podemos dejar de decirlo para ver si podemos conservar nuestra dignidad como personas”, añadió.
La cultura como espejo de la sociedad
Fernández subrayó la función social del arte y de los profesionales de la cultura, considerando que representan un reflejo de los valores y conflictos de nuestro tiempo. “La gente de la cultura somos un reflejo de nuestro siglo. Y en este momento que vivimos es inevitable no hablar de la salvajada que se está cometiendo en Gaza. Da igual la palabra que le pongan”, señaló, dejando claro que su intervención no es política, sino ética y humanitaria.
El actor insistió en que los espacios culturales no solo sirven para entretener, sino también para cuestionar, denunciar y generar conciencia sobre injusticias que a menudo quedan invisibles.
Un relato personal que inspira
Durante su discurso, Fernández compartió aspectos íntimos de su infancia, revelando cómo su búsqueda de identidad le llevó al mundo del teatro y del cine. “Ese chaval buscaba un lugar en el mundo, un refugio, un lugar donde complementar esa falta que sentía, y he encontrado ese refugio en un escenario, el lugar más expuesto, por eso me parece el lugar más sagrado”, confesó.
Su experiencia personal conectó con su mensaje social: la necesidad de proteger a los vulnerables, visibilizar la injusticia y usar la propia plataforma como altavoz para quienes no pueden hablar.
Repercusiones y debates
El gesto y las palabras de Fernández han generado un amplio debate en redes y medios, destacando cómo la cultura puede ser un instrumento de denuncia frente a crisis humanitarias. Expertos en derechos humanos han celebrado su valentía al poner de relieve la situación de los civiles en Gaza en un evento de máxima relevancia mediática en España.
El Premio Nacional de Cinematografía, que tradicionalmente reconoce la trayectoria artística y la excelencia en el sector audiovisual, se ha convertido así en un escenario donde la conciencia social y la cultura se encuentran de manera contundente.
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