La Boquería encara una nueva era: la reforma y la normativa buscan frenar el caos de la oferta actual

El presidente de la Boqueria, Jordi Mas, celebra el acuerdo con el Ayuntamiento que limita al 50% la venta de productos no tradicionales, mientras plantea dudas sobre si los barceloneses volverán al mercado. Las obras comenzarán en verano de 2026.

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Archivo - Una persona compra en el mercado de la Boquería
Una persona compra en el mercado de la Boquería - David Zorrakino - Europa Press - Archivo

 

La Boqueria, uno de los mercados más icónicos de Barcelona, se prepara para iniciar una reforma integral que busca devolver al espacio su carácter histórico y su identidad tradicional, tras décadas de adaptaciones al consumo rápido y a la demanda turística. Según Jordi Mas, presidente de la Boqueria, el acuerdo con el Ayuntamiento establece un marco regulatorio que pretende equilibrar la oferta, asegurando que al menos el 50% de los productos vendidos sean tradicionales.

“La tendencia ha ido cada vez más en la venta de productos de consumo inmediato”, reconoce Mas en Europa Press, señalando que el mercado ha tenido que adaptarse a visitantes temporales y horarios cambiantes, lo que ha generado cierta dispersión en la oferta. La nueva normativa, que se prevé entre en vigor en primavera de 2026 tras pasar por el pleno, busca devolver a la Boqueria la esencia que históricamente la ha caracterizado, aunque Mas mantiene cautela: “No podemos prever el futuro”.

 

Contexto histórico y relevancia del mercado

La Boqueria no es solo un espacio comercial: representa décadas de tradición y continuidad familiar. Muchos de sus paradistas provienen de familias que llevan generaciones en el mercado, lo que le confiere un carácter diferencial frente a otros mercados de la ciudad o de Catalunya. Mas subraya que este rasgo histórico se refleja en “menos traspasos de los que podría haber en otros mercados”, lo que mantiene la identidad y profesionalidad del comercio.

A lo largo de los últimos años, la tendencia ha sido diversificar la oferta: carnicerías que por la mañana venden productos frescos y por la tarde empanadillas, puestos que combinan fruta y tapas rápidas según la afluencia de turistas. “Cada vez hay más comerciantes que están cambiando su oferta dependiendo del tipo de visitante y el horario”, afirma Mas, señalando que estas prácticas dificultan que la nueva normativa tenga un efecto inmediato y uniforme.

 

Detalles del acuerdo con el Ayuntamiento

El pacto entre la Boqueria y el consistorio establece que el 50% de los productos ofrecidos deben ser tradicionales, limitando así el predominio de productos preparados o de consumo rápido. Mas celebra que la medida pueda contribuir a “acabar con el desmadre de oferta actual”. Además, se contempla un plan de seguimiento para garantizar que los comerciantes cumplan los estándares de identidad y frescura que han caracterizado históricamente al mercado.

Según el presidente, la reforma también tiene un componente simbólico: devolver a los barceloneses la “puerta del barcelonés”, tradicional acceso al mercado desde la plaza de la Gardunya. Mas explica que este paso es clave para atraer clientes locales durante las primeras horas del día, “para evitar aglomeraciones y garantizar que el público de casa pueda hacer sus compras con comodidad”.

 

Obras: fases, objetivos y retos

La reforma física de la Boqueria se estructura en varias fases. La primera, que se iniciará en verano de 2026, incluirá la reordenación de las paradas y ajustes menores en la disposición del mercado para adaptarse a la nueva normativa. La fase más ambiciosa, que se realizará durante el próximo mandato municipal, contempla la sustitución de la cubierta de amianto, el refuerzo estructural del edificio y la remodelación de la fachada trasera, garantizando seguridad y modernización sin perder la esencia histórica del mercado.

Mas advierte que, a diferencia de otras reformas en mercados de la ciudad, “sería inviable trasladarlo a una carpa”, aunque en la zona de pescaderías, conocida como la “illa del peix”, “igual sí que las paradas tienen que ser trasladadas a una carpa”. Este traslado temporal permitirá mantener la actividad mientras se ejecutan las obras más profundas, minimizando el impacto sobre comerciantes y visitantes.

 

Preocupaciones sobre la afluencia de clientes

A pesar de los avances y la validación de la nueva normativa, la preocupación principal de los paradistas sigue siendo que los barceloneses regresen al mercado. Mas comenta: “¿Nos garantizan que vendrá el público de casa a comprar producto tradicional? Esta es la gran inquietud, nosotros no podemos prever el futuro”.

La Boqueria se encuentra en una zona de alta afluencia turística, lo que condiciona la clientela habitual y los horarios de compra. Mas confía en que la reordenación de la oferta y la apertura hacia la plaza de la Gardunya incentiven el regreso de los compradores locales, devolviendo al mercado su rol central en la vida cotidiana de los barceloneses.

 

Un mercado diferencial y competitivo

Aunque la presencia de productos preparados marca el presente del mercado, Mas insiste en que la Boqueria sigue siendo “el mercado de Catalunya con más producto fresco a día de hoy”. Además, destaca la profesionalidad y la continuidad generacional de los paradistas como un atributo diferencial, asegurando que la identidad del mercado no dependa de modas pasajeras ni de cadenas comerciales.

Respecto a la entrada de grandes marcas, Mas opina que sería complicado, ya que el objetivo del Ayuntamiento es “preservar el pequeño comercio y la identidad propia”. Este enfoque busca proteger un ecosistema único donde la experiencia, la historia y la calidad del producto siguen siendo los pilares del mercado.

 

Perspectivas y expectativas futuras

Con la reforma, la Boqueria busca consolidar un equilibrio entre tradición y modernidad: mantener los productos frescos y de proximidad, ofrecer opciones adaptadas a visitantes internacionales, y garantizar la sostenibilidad del comercio local. Mas concluye que el éxito de la reforma dependerá no solo de las obras físicas, sino también del compromiso de los paradistas y de la respuesta de los consumidores: “La reforma puede ser un cambio muy positivo, pero solo funcionará si los barceloneses vuelven a sentir el mercado como suyo”.

La nueva etapa de la Boqueria se presenta como una oportunidad histórica para reforzar la identidad del mercado, recuperar la clientela local y sentar un precedente de planificación estratégica para otros mercados urbanos de Barcelona y Catalunya.

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