Reloj atrasado, cuerpos afectados: la ciencia advierte justo antes del cambio de hora
Esta madrugada, los relojes se atrasan una hora en toda España. Especialistas catalanes advierten que el cambio estacional perjudica la salud, altera el sueño y aumenta riesgos cardiovasculares, y recomiendan mantener permanentemente el horario de invierno.
La madrugada de este sábado al domingo marcará un momento que para muchos pasa desapercibido, pero que para la ciencia tiene implicaciones profundas: a las 03:00 horas los relojes volverán a marcar las 02:00. Un gesto mecánico que, lejos de ser inocuo, representa una alteración significativa de los ritmos circadianos, provoca trastornos del sueño y afecta a millones de personas. Los expertos catalanes no dudan: este cambio horario debería ser el último, y el horario de invierno, adoptado de manera permanente, es la opción más segura para la salud y el bienestar general.
Un cambio obsoleto que sigue afectando al cuerpo
El origen del cambio horario se remonta a la crisis energética de los años 80, cuando el objetivo era ahorrar electricidad. Pero, según Marta Junqué, directora de la Time Use Initiative, la justificación energética ya no se sostiene en el contexto actual: “Toda evidencia científica demuestra que, aunque el motivo del cambio de hora cada 6 meses era para ahorrar energéticamente, no ha habido ahorro”.
Junqué recuerda que el modelo energético y las rutinas de consumo han cambiado radicalmente: “No había Internet, ni centros de datos, ni aire acondicionado. Las medidas de hace 40 años no tienen nada que ver con el ahorro energético de ahora”. Por eso, celebra la propuesta del Gobierno español ante la Unión Europea de eliminar los cambios de hora estacionales y dejar estable el horario de invierno, algo que considera crucial para proteger la salud de la población.
Impactos inmediatos en la salud y la seguridad
El cambio horario afecta al sueño, la concentración y el estado de ánimo. “Hace que haya más accidentalidad esos días, más problemas para conciliar el sueño, especialmente en niños, gente mayor y personas con enfermedades crónicas. Se ha comprobado que, a la larga, cambiar de horario cada seis meses aumenta los ictus y las enfermedades cardiovasculares; es un cambio artificial en nuestro cuerpo”, explica Junqué.
Desde la Universitat Autònoma de Barcelona, el catedrático de Psiquiatría Antonio Bulbena describe el fenómeno como un “jet-lag encubierto” que dura hasta dos semanas para que el cuerpo se readapte, y que muchas personas sufren sin consultarlo. Para Bulbena, mantener el horario de invierno es lo más coherente con el reloj biológico: “Es el más cercano a la estructura circadiana, el que mejor encaja con nuestros ritmos naturales”.
El especialista añade que cada ajuste de hora genera cambios hormonales, alteraciones en la memoria y la atención, más irritabilidad y trastornos del sueño, acumulando efectos negativos que se suman cada seis meses. “Las ventajas económicas son mínimas y el jaleo mucho más grande”, sentencia.
Horario de invierno: más luz por la mañana y mayor seguridad
Más luz al inicio de la jornada beneficia la salud, la educación y la productividad. Junqué señala que “si de manera estable nos quedáramos con el horario de verano, en los meses de diciembre a marzo hasta las 09:15 horas no saldría el sol. Los niños irían al colegio sin luz y se verían afectadas actividades económicas como la agricultura o la construcción”.
En cuanto a las críticas sobre la menor luz al final de la jornada laboral, Junqué aclara que se trata de un problema distinto: “No hay que mezclar discusiones. Una cosa es la duración de nuestra jornada laboral, que aquí en España tenemos una jornada que a las 19 horas el 70% de la población está trabajando”. Su propuesta pasa por reorganizar los horarios para salir antes, alrededor de las 17 horas, como en la mayoría de países europeos.
La oportunidad de un último cambio
Durante la reciente Time Use Week celebrada en Barcelona, Junqué y su equipo insistieron ante la Unión Europea en que la supresión del cambio horario debe priorizarse en la agenda comunitaria. “El año que viene, en octubre, se produzca el último cambio y ya se mantenga el de invierno”, afirma.
El objetivo es acabar con décadas de ajustes bianuales que alteran los ritmos circadianos y provocan problemas de salud evitables. Según los especialistas, la combinación de luz natural mal distribuida, horarios laborales extensos y cambios artificiales de hora genera un cóctel de estrés, somnolencia, accidentes y enfermedades cardiovasculares que afectan a toda la población.
Qué esperar esta madrugada
A partir de las 03:00 horas de este sábado, los ciudadanos verán cómo los relojes se atrasan una hora. Este gesto rutinario puede provocar somnolencia, irritabilidad y desajustes del apetito durante los primeros días. Los expertos recomiendan mantener rutinas de sueño constantes, exponerse a la luz natural por la mañana y preparar especialmente a los niños y personas mayores para minimizar el impacto.
Mientras los relojes retroceden, los especialistas recuerdan que este ajuste no es un trámite menor, sino un desafío real para la biología humana. Como advierte Bulbena: “Cada ajuste horario es un pequeño jet-lag colectivo que el cuerpo no necesita”. Esta noche, el retroceso del reloj será también una oportunidad para reflexionar sobre la urgencia de un cambio permanente que priorice la salud y el bienestar de toda la población.
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