Anna Martí alerta: a las mujeres rurales "aún les cuesta más acceder a financiación"

Anna Martí, presidenta de la Associació pel Desenvolupament Rural amb mirada de Dona (ADR), exige mayores apoyos y medidas específicas para emprendedoras en zonas rurales e insulares.

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La presidenta de la Associació pel desenvolupament rural amb mirada de Dona (ADR), Anna Martí
La presidenta de la Asociación por el desarrollo rural con mirada de Mujer (ADR), Anna Martí - ADR

 

El acceso a financiación y recursos es una de las principales barreras que limita el desarrollo económico de las mujeres en entornos rurales. Anna Martí, desde la ADR, ha puesto el foco en las desigualdades estructurales que persisten, subrayando que estas limitaciones afectan no solo a las emprendedoras jóvenes, sino también a las mujeres de mediana edad, dificultando la modernización y sostenibilidad del medio rural.

 

La brecha de género en el mundo rural

En declaraciones a Europa Press tras la propuesta de resolución sobre emprendimiento femenino en zonas rurales, insulares y ultraperiféricas en el Parlamento Europeo, Martí subrayó que "aún les cuesta más acceder a financiación". La dirigente explicó que, en empresas agroalimentarias, "son pocas las mujeres directivas" y apenas un 12% de las empresas cuentan con una mujer al frente del consejo de administración.

Martí valoró positivamente que la Política Agraria Común (PAC) contemple incentivos específicos para las mujeres que se incorporan al sector, aunque advirtió que estas medidas deben ampliarse a mujeres de entre 40 y 55 años, ya que sin acceso a ayudas ni financiación, "no pueden emprender en el mundo rural".

 

Voces desde el terreno

María Fernanda García Rodríguez, directiva de 'Yelloh! Village Alfacs' en Alcanar (Tarragona), explicó que estas barreras no afectan únicamente a las mujeres, sino a todo el ámbito rural, que "está negativamente discriminado". Subrayó que las mujeres históricamente "se han visto en papeles secundarios" en las empresas españolas y que su contribución no recibe el reconocimiento adecuado.

"Las mujeres tienen un papel secundario en cuanto a su progresión. Su rol no está suficientemente reconocido y su posición no está debidamente garantizada. La culpa no es de la administración; es una cuestión de valores. Hay que dirigirse al origen", insistió García Rodríguez.

 

Contexto europeo y recomendaciones del Parlamento

El borrador del informe presentado ante la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género destaca que "las mujeres rurales se ven afectadas de manera desproporcionada" por la falta de acceso a financiación, guarderías asequibles, infraestructuras digitales y transporte adecuado. Asimismo, señala que la brecha salarial de género y las cargas tradicionales que persisten en contextos urbanos "a menudo se magnifican en las zonas rurales".

El documento, cuyo ponente es la eurodiputada polaca Elzbieta Katarzyna Lukacijewska, insta a los Estados miembros a garantizar que la educación incluya competencias digitales y materias STEM, fundamentales para que las mujeres puedan acceder a empleos cualificados y emprender con éxito.

Además, el texto reconoce y aplaude a las comunidades que impulsan la agricultura local dirigida por mujeres y la artesanía tradicional, así como el papel de asociaciones locales de amas de casa, museos y monumentos históricos como promotores de empleo y visibilidad femenina.

 

Igualdad efectiva en la agricultura y el medio rural

Entre las recomendaciones, se subraya la necesidad de garantizar igualdad de acceso a la tierra, a los fondos de la PAC, a servicios de asesoramiento y apoyo a la innovación, así como medidas específicas para jóvenes agricultoras. El objetivo es que puedan desarrollarse profesionalmente en condiciones de igualdad y contribuir a la modernización del sector.

Martí enfatizó que la política rural no puede ignorar la dimensión de género y que las ayudas actuales deben evolucionar para atender realidades diversas. "Aún les cuesta más acceder a financiación", reiteró, destacando la urgencia de implementar políticas inclusivas y sostenibles que permitan que las mujeres rurales alcancen su pleno potencial económico y social.

 

Hacia un futuro rural con igualdad

El debate en el Parlamento Europeo refleja la urgencia de abordar la desigualdad de género en el ámbito rural no como un problema aislado, sino como un desafío estructural que afecta a la economía, la sostenibilidad y la cohesión territorial. Anna Martí y otras voces del sector subrayan que solo mediante reconocimiento, financiación adecuada y políticas adaptadas a la realidad rural se podrá garantizar que las mujeres contribuyan plenamente al desarrollo del país.

"Está bien y, al final, es para equilibrar un poco lo que se había hecho mal hasta el momento", concluye Martí en referencia al plus de la PAC, instando a que estas medidas sean efectivas y lleguen a todas las mujeres que desean emprender en zonas rurales, insulares y ultraperiféricas.

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