Un nuevo programa preoperatorio reduce el riesgo en la cirugía de enfermos oncológicos
El programa implementado en el Hospital del Mar optimiza la capacidad funcional de los pacientes de alto riesgo. Los enfermos mejoran su evolución y se acorta el tiempo de estancia hospitalaria.
Un innovador programa multidisciplinario implementado en el Hospital del Mar optimiza la capacidad funcional de los pacientes de alto riesgo que han de someterse a una cirugía para que puedan afrontar la intervención quirúrgica en las mejores condiciones físicas y emocionales. De este modo, los pacientes mejoran su evolución, su recuperación en el postoperatorio inmediato, se reduce el riesgo de complicaciones y se acorta el tiempo de estancia hospitalaria.
Una capacidad funcional baja antes de la intervención quirúrgica es un factor de riesgo independiente de las patologías asociadas del paciente y de la estancia hospitalaria. Incluso en ausencia de complicaciones, el período perioperatorio puede estar asociado a un rápido deterioro de la capacidad funcional del paciente (reducciones entre el 20-40% en algunas series).

El programa se define como prehabilitación y recuperación intensificada en cirugía, y en una primera prueba piloto se ha centrado en pacientes con cáncer de vejiga. Previamente ya existía en la cirugía de colon y se está extendiendo rápidamente a otras cirugías de alta complejidad. El programa dispone además de un circuito multidisciplinario en el que están implicados diversos profesionales que trabajan en equipo –anestesistas, urólogos, cirujanos, endocrinólogos, rehabilitadores, neumólogos, equipos de enfermería y de fisioterapeutas, psiquiatras– con el cual, además de identificar las necesidades de mejora del estado físico, nutricional y emocional, también se detectan las posibles patologías añadidas y se individualiza el tratamiento más efectivo para cada uno de los pacientes, y se ultima un plan de “entrenamiento” antes de entrar en quirófano.
Hasta el momento se ha dado refuerzo de capacidad física, nutricional y emocional en el 100% de los pacientes identificados e incorporados al programa, individualizado a cada caso según sus necesidades. El programa está aún en una fase piloto y habrá que analizar adecuadamente los datos de todos los casos para poder ofrecer datos concluyentes, pero los datos preliminares parecen indicar que la estancia hospitalaria se ha reducido, y asimismo las complicaciones más graves, que han pasado de un 23% a un 16% en aquellos pacientes que se incluyen en el programa. Sin embargo, todavía es necesario poder incluir muchos más pacientes con el fin de que los resultados sean significativos y concluyentes.
LA EJECUCIÓN DEL PROGRAMA
Este programa requiere una implicación total del paciente. “Durante estas semanas, se somete a los pacientes a un programa de entrenamiento físico y se les dan todas las pautas y/o suplementos para que mejoren su estado nutricional para minimizar el riesgo de desnutrición posterior, recuperar parámetros analíticos como la anemia, por ejemplo, asegurar que algunos problemas como la diabetes o la hipertensión están bajo control, tener un buen control de las patologías preexistentes, adquirir una mejora de hábitos, dar al paciente recomendaciones sobre tóxicos –tabaco, alcohol–”, explica la Dra. Marta Corcoy, anestesióloga del Hospital del Mar y una de las coordinadoras del programa.
Para que el programa funcione con eficacia, es necesario que todos los profesionales implicados estén incorporados al circuito y el paciente sea una parte activa de este proceso. “Inicialmente nuestra experiencia está muy centrada mayoritariamente en el paciente con cáncer de vejiga, que es a la vez un paciente complejo y de alto riesgo en muchas ocasiones.
En el paciente oncológico, por ejemplo, disponemos de poco tiempo para poder actuar, ya que no podemos retardar la intervención; por este motivo tenemos que aprovechar este tiempo para lograr optimizar al paciente, y su implicación es necesaria para que el programa se cumpla”, continúa la Dra. Marta Corcoy. “Durante el postoperatorio inmediato también se trabaja en equipo y se toman medidas como la movilización y la ingesta precoz, la fisioterapia respiratoria y el buen control del dolor, optimizando al máximo la recuperación postoperatoria para que el paciente pueda recuperarse de manera rápida y volver a la normalidad lo más pronto posible”, expone el Dr. Marc Sadurní, anestesiólogo del Hospital del Mar, y también uno de los coordinadores del programa.
LAS FUNCIONES DEL PACIENTE
La participación del paciente es clave en este programa. Tendrá una participación activa y crítica en el programa. El enfermo pasa de la idea conocida de que le dicen que se le tiene que intervenir, se hace unas pruebas y se le interviene, a ser el protagonista de su propio proceso. "Y para alcanzar este cambio de concepto, es necesario que el paciente entienda muy bien los beneficios de ello. Inicialmente cuesta que los pacientes entiendan que tienen que comenzar a llevar a cabo una serie de ejercicios, dietas, visitas muy frecuentes... en definitiva, ser parte activa del programa; pero después se sienten muy acompañados y terminan el proceso con un grado de satisfacción elevadísimo”, cuenta la Dra. Gloria Nohales, uróloga del Hospital del Mar y una de las especialistas implicadas en este programa.
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