La Síndica de Barcelona propone crear un abono familiar para el uso del Bicing
El nuevo sistema, que se podría aplicar a partir de los 14 años, evitaría el sobrecoste para las familias de tener que pagar diferentes carnés individuales.
La síndica plantea bonificar los viajes ascendentes, que ahora son más bien escasos, y que el Ayuntamiento estudie tarifar por minutos los tramos de uso superiores a la primera media hora en lugar de aplicar un coste fijo
La defensora cree que el futuro del Bicing pasa por mejorar el servicio y la eficiencia económica, con más control de los gastos extras y adecuar el coste en función del uso del servicio.
Villano considera que, si el abono debe aumentar de precio, este incremento debe ser gradual y ponderado, para evitar un impacto en las economías más débiles que utilizan el Bicing como forma de ahorro.
La síndica de agravios de Barcelona, ??Maria Assumpció Vilà, ha propuesto al Ayuntamiento implantar, en el Bicing, un abono familiar que incluya los adolescentes de 14 años para evitar el sobrecoste de tener que pagar diferentes carnés individuales. La defensora también se muestra partidaria de tarifar por minutos los tramos de uso superiores a la primera media hora en lugar de aplicar a los clientes un sobrecoste fijo como ahora, y bonificar los viajes a las zonas que hacen subida de la ciudad. Ahora, estos desplazamientos son más bien escasos, y la reposición de las bicis se realizará con furgonetas, lo que dispara los gastos municipales.
Estas son algunas de las recomendaciones que la defensora ha hecho llegar al consistorio y que se encuentran incluidas en un estudio iniciado a raíz de las 163 quejas recibidas (en el momento de cerrar el informe eran 113) contra el anuncio del Gobierno municipal de subir el uso ilimitado del servicio un 116%, hasta los 97,50 euros anuales. El proyecto ahora se encuentra parado y la intención del consistorio es estudiar un nuevo modelo de precios para el 2014. De momento, aplicará, a partir de febrero, una subida del 3%, lo que supondrá que el abono pase de los 45'11 a 46'46 euros.
Vilà ha concluido que el Bicing es un servicio de éxito para los más de 110.000 usuarios, un medio de transporte saludable y ecológico, que hay que seguir potenciando por delante de los vehículos con combustibles contaminantes, y que tiene un valor añadido que merece y justifica una amplia compensación pública. Según la defensora, el Bicing es un servicio integrado en la ciudad e imprescindible, y cree que la tendencia debe ser superar los inconvenientes que aún presenta y que reducen la calidad del servicio, como, por ejemplo, la convivencia de ciclistas y peatones en las aceras y las disfunciones que se originan en la disponibilidad de las bicicletas y en los anclajes en zonas y horas concretas.
El futuro pasa, pues, por una mejora de calidad del servicio y de la eficiencia económica que tenga en cuenta el control del gasto de los costes extras y la ponderación de las tarifas en relación con la utilidad personal y social del servicio, es dijo adecuar el coste en función del uso del servicio.
Además aportación pública
Actualmente, el principal problema del Bicing es el elevado coste que tiene para la hacienda municipal, y el diferente tratamiento que recibe respecto de los dos medios de transporte colectivos (metro y bus) con respecto a la subvención pública. La aportación de la Administración en el coste del metro y del bus es de un 50%, es decir, el usuario paga la mitad de coste, mientras que en el Bicing, el coste del consistorio se sitúa por encima del 73%. En el año 2012, el Bicing costó 17 millones de euros, más IVA. El consistorio aportó 12,5, y los usuarios, 4,5.
El Ayuntamiento dice que el contrato con la gestora, Clear Channel, prevé que el precio del servicio aumente si se incrementan los usos. El incremento de los costes del servicio se deriva del aumento de los usos y de las áreas de mantenimiento, la atención al cliente, la logística y la informática, que han significado, por ejemplo, más de 100.000 euros al año en la mejora de infraestructuras informáticas.
La estructura del servicio necesita para su funcionamiento una red de apoyo, atención personal, mantenimiento, gestión y redistribución de las bicicletas. El contrato de prestación con la gestora define diferentes aspectos que tienen incidencia en el precio final por medio de parámetros que tarifan los diferentes costes que la ejecución del servicio representa, aspectos como la movilidad de las bicicletas, de forma que el coste que el empresa factura para la realización del servicio siempre se incrementa en proporción al número de usos.
Desde 2010 hasta el fin del 2012, los usos se han incrementado un 45%. Se ha pasado de los 11 millones a los 16 millones. Y, si se mantiene la tendencia actual, B: SM, la empresa municipal de quien depende el Bicing, estima que a lo largo de 2013, se llegue a los 18 millones de viajes. Este incremento, dice B: SM, puede suponer un aumento desproporcionado de los costes que ponga en peligro el mantenimiento del servicio por los elevados costes para la ciudadanía. B: SM cree que la revisión de tarifas es obligada mientras están en espera de que se establezcan unas nuevas condiciones de licitación cuando finalice el actual contrato el año 2017, dado que el coste de rescisión de éste es muy elevado.
Vilà ha emitido una decisión en la que dice que los datos aportados por B: SM son concluyentes sobre la necesidad de modificar el sistema tarifario para hacerlo más equitativo y evitar a largo plazo un colapso de crecimiento, y reitera que la solución pasa por una mayor calidad del servicio, el control de los gastos extras y adecuar el coste en función del uso que se haga. También cree que, si el abono debe aumentar de precio, este incremento debe ser gradual y ponderado, para evitar un impacto en las economías más débiles que utilizan el Bicing como forma de ahorro.
Precio promocional del año 2007
El servicio del Bicing se puso en marcha en marzo de 2007, después de que fuera aprobado por la Comisión del 5 de julio de 2006 y se procediera a licitar su gestión en agosto de 2006. El contrato se formalizó el 16 de enero de 2007 a Clear Channel por diez años. Vilà se pregunta si todo el proceso de aprobación y de licitación no se hizo demasiado rápido y si no hubiera sido más oportuno establecer un período de prueba y realizar un estudio para ver la viabilidad y la implantación futura del servicio antes de establecer las condiciones definitivas del contrato.
El coste de puesta en funcionamiento de 6 euros del año 2007 fue muy importante como efecto llamada y para promocionar el servicio en sus inicios, pero la síndica cree que este precio no se puede convertir en una referencia para valorar incrementos posteriores. Habiéndose consolidado el uso del servicio, Vilà cree que la aportación de la Administración debería haber ido acercando, en ejercicios anteriores, a la que se efectúa en el metro y el bus, pero manteniendo un diferencial por valor añadido que aporta en términos de ecología y tranquilidad, es decir, los aspectos positivos del transporte en bicicleta justifican una subvención de su coste, que debe ser ponderadamente superior a la de los transportes motorizados que consumen energía no renovable.
La síndica cree que es responsabilidad del Gobierno el acierto del ajuste que beneficie equitativamente todos los usuarios del transporte urbano y que valore el interés de la comunidad de incentivar más un transporte u otro. En cualquier caso, y en cuanto al Bicing, en su estudio Vilà ha detectado diferentes disfunciones que se deberán resolver cuando se revisen las tarifas: La política de abonos personales hace que las familias no puedan compartir lícitamente una misma tarjeta a pesar de ser usuarios mínimos (la mitad de los clientes realiza menos de 50 viajes al año), con lo cual disponer, por ejemplo, de cuatro abonos de 50 viajes, tal y como se planteaban, podría suponer para una familia de cuatro miembros 168 euros, un coste similar al de utilizar cuatro tarjetas T-10 por persona, pero con la diferencia de que los carnés del Bicing son personales y las T -10 las puede utilizar toda la familia. La síndica cree que el Ayuntamiento no ha incentivado un uso familiar del servicio y propone crear un abono familiar que incluya los adolescentes desde los 14 años.
El uso del Bicing en trayectos de más de 30 minutos dispara el coste para el usuario sin proporción ni razón, ya que el minuto 31 de uso continuado está penalizado con 0,71 euros (0,73, a partir de febrero ). Esto hace que el usuario habitual que supera este tiempo pague más del coste real del servicio y esto puede provocar que, para ahorrar lo, incurra en infracciones de circulación o se abstenga de viajar en subidas debido a la mayor duración del trayecto. Villano cree que, para evitar unos gastos mayores a los usuarios, se podrían tarifar los tramos de uso superiores a la primera media hora por minutos, como en los parkings, y se evitaría de esta forma tener que pagar un coste fijo. De hecho, el Bicing ha dejado de ser un medio de transporte complementario, y debería tender a desincentivar los usos del servicio que duren menos de cinco minutos, que suponen un importante coste para la ciudad, ya igualar, en la medida de lo posible, la duración del trayecto básico con la del transporte colectivo.
El coste de la remontada de las bicicletas en las cotas altas de la ciudad siempre a cargo del Ayuntamiento porque se realizará en las furgonetas de reposición, es decir, muchos usuarios se desplazan desde las zonas más montañosas hasta en el centro, pero no hacen el viaje de vuelta en bicicleta. A este respecto, la defensora propone incentivar estos desplazamientos con un bono para el usuario que se descontara, por ejemplo, al año siguiente, en el momento de la renovación.
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