El Corredor Ferroviario Mediterráneo es una obra capital para la economía catalana, española y europea. Lo que en Cataluña y en la UE tenemos claro parece que no lo es para el gobierno español, que sigue empeñado en llevar adelante el pasillo central, ya desestimado reiteradamente por Europa.
Si cualquier político responsable debe priorizar siempre las inversiones para lograr su mejor retorno económico a la sociedad, mucho más cuidadoso debe ser aún en tiempos de crisis cuando se limita la inversión en infraestructuras. En el ámbito ferroviario, es evidente para todos, excepto para el gobierno español, la prioridad y la importancia del Corredor Mediterráneo para unir todos los puertos del sur europeo con el resto del continente. Si hay que hacer una apuesta en estos tiempos de gran precariedad económica, debe ser la de la carta ganadora: el Corredor Mediterráneo hasta la frontera francesa.
Lo que no tiene sentido es querer jugar todas las partidas a la vez por el deseo de quedar bien con todos. La consecuencia final, si se insiste en esta posición suicida, sería desastrosa porque sencillamente no hay dinero para hacerlo todo a la vez, y, por tanto, podemos acabar sin tener nada.
Como decía, en este momento sólo se puede jugar la carta segura del Corredor ferroviario del Mediterráneo, porque es la infraestructura que atravesaría territorios donde se concentra más del 50% de la exportación del Estado y donde están los principales centros industriales y la producción de riqueza. Sería absolutamente irracional apostar por el eje central, pasando por Madrid, que representa un 13% de la exportación española, aunque también era irracional empezar el AVE para Madrid-Sevilla y así nos ha ido. Veinte años después, seguimos sin estar conectados con Europa con la alta velocidad.
No queremos ni podemos permitir que se repita la historia de la irracionalidad en materia de infraestructuras. La posición del gobierno catalán es clara y diáfana en la apuesta por el Corredor Mediterráneo. Por ello, está dispuesto a denunciar ante la UE el desinterés del gobierno español en esta obra, pese a que está obligado a hacer las inversiones necesarias ya que es una prioridad para la Unión Europea.
Para llevarlo a cabo el gobierno de la Generalitat ya ha definido las inversiones que habrá que ejecutar con inmediatez para que el tejido productivo y los puertos catalanes estén conectados con Europa antes del 2015. Ya va siendo hora de que el gobierno español se ponga las pilas e impulse las inversiones que pueden generar más riqueza para toda la sociedad. Sin lugar a dudas, la del Corredor del Mediterráneo es la primera de la lista.
Eva Parera, portavoz adjunta de CiU en el Senado y vicepresidenta de sectoriales de Unió Democràtica
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