"De pequeño decía que quería ser Martes y Trece"

--En tu currículum dice que ya desde preescolar fuiste considerado el payaso de la clase. Cuéntanos alguna gamberrada que recuerdes.
--Sí. Hacía de todo. Imitaba a los profesores y también a los alumnos. Hacía coñas y cachondeo... Y, a veces, incluso me echaban de clase. Yo me acuerdo que me iba fuera de clase contento porque habían reído.

--Ya desde pequeño, pues, querías ser humorista.
--Sí. A mí cuando me preguntaban, decía que quería ser "Martes y Trece". Eran mis ídolos. No hay, sin embargo, una escuela de humoristas o de cómics. Yo no quería estudiar interpretación porque era un poco elitista. Yo quería ser humorista. Como no había escuela, fui haciendo. Estudié publicidad, hasta que me llegó la oportunidad.

--Empezaste en este mundo un poco por casualidad.
--Estaba en una sala de jazz y allí programaban cómicos cada martes. Entre estos cómicos estaban Joaquín Reyes, Ángel Martín, Dani Mateo, Iñaki Urrutia... Yo empecé en ese momento. Fue una especie de apuesta. Todo el mundo me decía que lo hiciera. El monólogo era aún muy nuevo, eran los inicios. Lo probé y allí comenzó mi carrera.

--Lo que más has hecho son monólogos, ¿te sientes más cómodo?
--Yo me siento cómodo con diferentes formatos. He hecho televisión, ficción, parodias, colaboraciones, imitación... Quizá con el monólogo tengo un toque especial. Aparte, yo tengo un peine, voy con tatuajes, y si me presentan a alguien, pueden pensar que soy un traficante y no un humorista. Esto podría ser un handicap, pero, en cambio, me ha ayudado para que la gente vea el personaje. Es un personaje macarra, pero al mismo tiempo buena persona y hace reír.

--Si te hicieran escoger, ¿televisión o teatro?
--A mí me gusta mucho hacer teatro. Ahora llevo unos años que no paro. Salir al escenario es una sensación increíble y el minuto antes de salir, que no sabes si habrá bastante gente. Pero la tele es muy divertida. Es cansada, pero muy divertida. A mí me encanta hacer tele. Además, puedes hacer cosas que en teatro no puedes hacer. El teatro tiene la magia, el directo y el contacto con el público. A mí me gustaría hacer las dos cosas.