El G-7 pide un esfuerzo contra los "indicios de ralentización económica global"
Estos "desafíos" subrayan la necesidad de concretar un "esfuerzo conjunto a nivel global" en favor de un "crecimiento sostenido y equilibrado" a través de la implantación de "ambiciosas políticas fiscales", el desarrollo de políticas monetarias a favor de la estabilidad de los precios y el fortalecimiento de los sistemas bancarios y de los mercados financieros, según el comunicado final emitido al término de la reunión.
El G-7 reitera que los últimos acontecimientos tienen su reflejo en un aumento de la tensión en los mercados financieros. Frente a ello, el grupo recuerda que la eurozona ya está poniendo en práctica las decisiones adoptadas en la cumbre del pasado 21 de julio sobre la crisis de deuda celebrada en Bruselas, sobre todo a través de la flexibilización del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF).
El plan de Obama
El grupo aplaude el "importante" plan presentado por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para reforzar el crecimiento y el empleo a través de la inversión pública y los incentivos en materia de impuestos.
De igual modo, el G-7 recuerda que Japón también está poniendo en práctica "sustanciales medidas fiscales para reconstruir el país tras el terremoto y posterior tsunami del pasado 11 de marzo "a la vez que reitera su compromiso sobre la consolidación fiscal a medio plazo".
No obstante, los ministros y gobernadores de bancos centrales se declaran "preocupados" por el "ritmo y el futuro de la recuperación", que subrayan "la necesidad de un esfuerzo concertado a nivel global en favor de un crecimiento fuerte, sostenido y equilibrado", a través de la puesta en práctica de planes de consolidación fiscal enmarcados en un marco creíble".
"Dada la todavía frágil naturaleza de la recuperación, debemos recorrer el difícil camino que comportan los planes de ajuste fiscal a la vez que se respalda la actividad económica, teniendo en cuenta las diferentes circunstancias nacionales", señala la nota.
"Las políticas monetarias mantendrán la estabilidad de los precios y los bancos centrales están preparados para proporcionar liquidez a los bancos cuando sea necesario", indica el comunicado, donde se reafirma la intención de los firmantes de "activar en su totalidad el nuevo estándar global de Basilea III" establecido en 2010 por el que obliga a la banca a aumentar sus reservas para afrontar las crisis.
"Reafirmamos nuestro interés común en un sistema financiero estable (...) con tipos de cambio fijados por el mercado. El exceso de la volatilidad y los movimientos desordenados de los tipos de cambio generan implicaciones adversas en la estabilidad", añadió la nota, que concluye asegurando que "las reformas estructurales" jugarán un "papel importante" en el crecimiento económico mundial.
El riesgo de recesión
La presidenta del Fondo Monetario Internacional (y ex ministra de Economía de Francia), Christine Lagarde, quiso dejar clara su postura con respecto al riesgo de una nueva recesión económica mundial horas antes de que comenzara la cumbre de los ministros de Economía del G-7, los siete países más industrializados del planeta: "Hay que actuar, ahora, a los países les pido audacia porque estamos atravesando una zona de peligros".
Los peligros a los que alude Lagarde son evidentes: que el retraimiento de la economía experimentado en el verano se cronifique. Para ello, los siete ministros de economía de estos siete países (Francia, EE UU, Alemania, Italia, Reino Unido, Japón y Canadá) buscan en Marsella en una serie de reuniones que comenzaron ayer y terminan hoy una postura común que, al inicio de las conversaciones, se antojaba imposible.
Escribe tu comentario