Puigdemont castiga al farmacéutico Víctor Grifols por huir del infierno fiscal de Catalunya
Amigo de Artur Mas y modelo de catalanidad entre el empresariado, el fundador y expresidente de la farmacéutica Grifols sufre ahora las represalias del Govern por localizar su empresa en Irlanda en busca de ventajas fiscales.
Amigo de Artur Mas y modelo de catalanidad entre el empresariado, el fundador y expresidente de la farmacéutica Grifols sufre ahora las represalias del Govern por localizar su empresa en Irlanda en busca de ventajas fiscales.
“La plasmación evidente de esta peor relación con Grifols ha sido la exclusión de la farmacéutica del comité de apoyo a la candidatura de Barcelona a la Agencia Europea del Medicamento (AEM), donde están todas las grandes farmacéuticas catalanas – Almirall, Ferrer, etc-. Es evidente que aquellas buenas relaciones entre los directivos de Grifols y Artur Mas ya no existen ni de lejos con Puigdemont”, explican fuentes empresariales.
La compañía farmacéutica catalana es la gran ausente en el comité de apoyo a la candidatura de Barcelona como sede de la AEM presentado el pasado mes de junio, formado por hasta 80 empresas del mundo sanitario, principalmente catalanas, y auspiciado por la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, con el visto bueno del Ministerio de Sanidad.
Víctor Grifols ha demostrado en numerosas ocasiones su convencida apuesta por la independencia de Catalunya pero el traslado de su sede financiera a Irlanda para aprovechar sus ventajas fiscales lo ha puesto en el punto de mira de los sectores independentistas y particularmente de la CUP.
DE LA CREU DE SANT JORDI A LOS PARAÍSOS FISCALES
El descontento es aún mayor después de que el pasado mes de abril Carles Puigdemont impusiera la Creu de Sant Jordi a Víctor Grifols. Una distinción que otorga anualmente la Generalitat a aquellas personas y entidades que «por sus méritos, hayan prestado servicios destacados a Catalunya en la defensa de su identidad especialmente en el plano cívico y cultural». Un claro agradecimiento a su fiel compromiso con el proceso independentista que fue criticado en ciertos ámbitos empresariales.
Pero la cuestión es que a pesar de su actitud política Grifols prefiere huir de la presión fiscal que sufre en Catalunya y antepone sus intereses estrictamente empresariales con un tradicional “la pela es la pela”. También se recuerda, además, que según un informe Intermón Oxfam, Grifols cuenta con trece filiales en paraísos fiscales. Por todo ello se ha ganado los reproches de la CUP que ha presionado al President Puigdemont para que demuestre su disgusto por la mala imagen que causa entre el nacionalismo la mudanza de la compañía farmacéutica que preside ahora el hijo de Víctor Grifols.
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