CC.OO. pide a Colau más "flexibilidad" y diálogo en la aplicación de la normativa de terrazas
El sindicato califica la ordenanza de "torpe" y al consitorio de la alcadesa de ser "excesivamente administrativo" en su aplicación. Subrayan la importancia de respetar a los vecinos pero también a los trabajadores.
Los propietarios de bares y restaurantes de la capital catalana se sienten cada vez más presionados.
Aún no se ha aprobado la nueva normativa de las terrazas pero todas las propuestas que ofrece el ayuntamiento de Barcelona sólo hacen que avivar el fuego.
Los propietarios de bares y restaurantes de la capital catalana se sienten cada vez más presionados. Muestran su malestar por una normativa que cambia con cada alcalde que logra el poder y que para los dueños supone un gasto para amoldarse a todas las condiciones.
Desde CC.OO., conscientes de la "existencia de un conflicto", recuerdan que la presencia de terrazas en Barcelona "es un hecho indiscutible" y consolidado, por lo que merece una regulación que garantice "los derechos e intereses de todas las partes afectadas".
El sindicato no pretende adjudicar la culpa a nadie ya que admite que la normativa vigente fue aprobada de manera "torpe" por el anterior gobierno municipal, mientras que fue aplicada de una manera "excesivamente administrativista" por el gobierno de Ada Colau.
En Barcelona cerca de 5.000 licencias de restauración tienen permiso de uso de terraza, algo compatible con un modelo de ciudad compleja, abierta y basada en la coexistencia de usos diversos en el territorio urbano, aseguran los del sindicato. Por eso piden "flexibildiad" en la negociación.
Un equilibrio difícil de mantener en una ciudad como la de Barcelona en la que tienen que convivir un turismo cada vez más al alza, una actividad comercial rica y unos vecinos que temen por la gentrificación de los abbrios.
Ante esta situación, CC.OO. aconseja "una ordenación que diera la máxima responsabilidad en los distritos a la hora de adecuar licencias a características territoriales a menudo muy diferentes", es decir, respetar a los barceloneses, garanatizando un respeto de los espacios públicos y respentando los "locales emblemáticos" para evitar la pérdida de establecimientos de valor histórico o sentimental.
"La ordenación debe prever el acceso al espacio público para personas con discapacidad, el descanso de los vecinos, con las necesarias limitaciones de ruidos excesivos", aseguran desde el sindicato. Con medidas como estas los barceloneses podrían sentir que la ciudad es todavía para sus vecinos.
Pero no sólo los vecinos son importantes. Con las propuestas normativas del gobierno de Colau parece que se esté dejando de lado un factor clave: el trabajo que ofrece el gremio de la restauración.
Las terrazas generan empleo y eso no sólo beneficia a la economía del país, sino también al colectivo de trabajadores amenazados por el paro. Así pues, CC.OO. recuerda que estas terrazas han de contar con las medidas que reduzcan la accidentalidad de los camareros, las sobrecargas de trabajo y las situaciones de frente estrés, entre otras.
Las propuestas del sindicato quieren trabajar para un equilibrio entre todos los factores implicados y recierda que, conjuntamente con UGT y con la patronal del Gremio de Restauración de Barcelona, presentó en el mes de marzo de 2016 unas alegaciones al proyecto de modificación de la Ordenanza municipal que regula el uso de las terrazas. Unas alegaciones, que entre la variedad de propuestas, parece difícil de encontrar.
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