Valverde sacrifica el ADN Barça para ganar en Lisboa
El 'Txingurri' ha salido con 5 centrocampistas, contando a Messi, curándose en salud, y el único gol ha llegado en una jugada aislada en un partido sin juego ni profundidad.
Messi bregando con Mathieu.
Cuando el Barça fichó al 'Txingurri' ya sabía a lo que se atenía. El extremeño viene de un club como el Athletic de Bilbao con mentalidad de trabajo y de desgaste físico. Más allá de lo que tenga el Barça, que de por sí te obliga a tocar el balón, Valverde no va a arriesgar en demasía.
En este sentido, el entrenador ha hecho lo correcto a nivel de 'mantener egos' en el partido de hoy, a pesar de que sacrificara el resultado y el juego, almenos en la primera parte.
Con un Sergi Roberto relegado al lateral derecho -otra vez- en las últimas ocasiones y con el estado de forma irregular de Deulofeu, el míster azulgrana ha salido con un 4-4-2 con Roberto como interior derecho y Messi de enganche, dejando solo a Suárez.
Con dos líneas de cuatro te aseguras la disciplina y el derroche físico, pero el juego se ha visto muy resentido, pues el Barça no ha tenido ninguna profundidad y una pegada prácticamente nula.
Además, la presencia de Roberto en el costado derecho ha impedido las subidas de Semedo, que hoy se estrenaba fuera del Camp Nou como titular.
Al final, atacaba Suárez, que no está como para dejarlo solo como referencia, Messi cuando le daba la gana, Semedo lo que podía y Jordi Alba cuando podía, porque no podía permitirse darle la banda a Gerson Martins.
Todo ello, junto a una noche aciaga de Rakitic, ha dibujado a un Barça inofensivo y extremadamente cauto.
De hecho, el gol del Barça, de Coates en propia portería, ha sido igual de feo que el juego azulgrana esta noche: un churro de no te menees. Suárez, que le pilla la jugada un paso por delante del balón, saca la cabeza y la pelota va hacia atrás, pega en el central y se mete. De traca.
Y graciosísimo lo de Mathieu. Jugando como si fuera el partido de su vida, enrabietado con el club catalán. Como el tuercebotas del colegio, que enfurecía cuando le recordabas lo malo que era, e intentaba darlo todo pero seguía dando la misma pena en realidad.
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