Más allá del rechazo que pueda tenerse por su origen a la campaña que nos impulsa a sentir culpa porque nos vale la responsabilidad implícita en la vida de un bebé que no nace corrupto, ratero ni deshonesto, lo cierto es que los problemas de comportamiento de la mayoría de los adultos se forja justamente en la edad preescolar. Si a los tres años tu adorable infante, al que supones haber tratado con amor y claridad en los límites, se ha convertido en un recurrente desobediente te responde con agresividad, insultos y berrinches a la hora de la disciplina, es la hora no de buscar un psicólogo sino de reformar tu propia conducta de madre-padre a fin de corregir desde el inicio lo que puede convertirse en un actuar distorsionad y negativo para el resto de su vida.
Desatender estas señales tempranas o manejarlas inadecuadamente es el origen de personas mentirosas, agresivas, rateras, ansiosas desafiantes y constantemente opuestas a todo. ¿Conoce personajes de más de 60 años que continúan enarbolando la bandera reivindicatoria de los muertos en Tlatelolco aun cuando no hayan participado de la gesta del 68? ¿Cómo imagina la conducta infantil de un gerente de empresa o director general de estructura política que dedica toda su energía a sacar adelante un propósito aun cuando ello implique torcer la ley? ¿Qué hay de negación parental en el empleado hiper-activo que por lo mismo desatiende sus más elementales conductas adecuadas en la familia?
Tal vez le ha tocado interactuar con un vecino, compañero de trabajo o padre de familia furibundamente contrario a la religión –en la cual fue bautizado, confirmado, realizado su primera comunión y hasta su boda- pero fanáticamente seguidores de buda, Krishna, y hasta dioses del olimpo, Egipto o de cualquier otra cultura desaparecida [1], sin que en su etapa de desarrollo alguien les haya abierto los caminos de la comprensión espiritual y cualesquiera otro valor más allá del logro de lo inconsciente en su berrinche infantil.
Frustrada para el señor Mancera la posibilidad de ser candidato a la presidencia de México, por ese engendro llamado frente por México, los grupos de analistas se preguntaron si ¿se lanzaría por el PRD o de verdad simplemente concluirá como fue su compromiso hace 5 años sus responsabilidades con la ciudadanía de la capital de la república? Quizá la respuesta la podamos conocer hoy mismo o tal como anunció aprovechará estos días de sosiego para descansar, meditar y planear de manera seria sus actividades de los próximos 11 meses. Si por alguna inesperada circunstancia los capitalinos pudiéramos ver el milagro de la poda generalizada de la vegetación en las calles, la reparación completa de más de doscientos mil baches, la atención de cuando menos el 30% de las fugas de agua en el subsuelo de esta dolida ciudad quizá, solo quizá, hasta pensemos que en el futuro sería bueno que MAM ocupara la presidencia de la nación.
Reconocer que el actuar de amigos o simples compañeros de vida puede significar acciones tramposas, violando acuerdos, rompiéndote el juguete o tirando tu comida al suelo, es mucho más que un juego inútil. Estas agresiones primarias bien manejadas nos permiten reconocer la influencia que las mismas, incluso las agresivas, pueden tener en el manejo consciente y las acciones por las que optemos a lo largo de la vida. Nada hay más redituable que reconocer la existencia de valores y opiniones diversas a las nuestras. Si conocemos el daño que puede ocasionar un corrupto, no necesariamente lo enviaremos al cadalso, tal vez hasta lo saludemos correctamente pero jamás lo incluiremos en nuestro proyecto de vida.
Del otro lado del niño que se auto limita –encerrándose en su cuarto, saliendo del salón al baño o deprimiéndose- está aquel envalentonado por su perversa acción, listo inclusive para el bulling no solo contra el derrotado sino de paso contra todos sus seguidores; hoy día ciudadanos argentinos ven con tristeza unos y con temor otros la persecución a personajes derrotados en el último ejercicio democrático. Si buscamos en el planeta cuantos gobernantes actúan con la irresponsable inclinación infantil a la confrontación bélica irracional, nos faltaran dedos para contar y podemos observar que todos ellos tienen en el centro de sus comportamientos inadecuados una inmadura forma de llamar la atención, como lo hicieron con mamá y papá a sus tres años.
Reformas educativas ha ido y venido por los siglos de los siglos, desde el reglazo en los nudillos hoy considerado violación a los derechos humanos, hasta una libertad mal entendida por los malos estudiosos de Piaget; lo que no puede negarse es la poca posibilidad de lograr cambios favorables si en el mismo inicio de la vida lo que hay son malos ejemplos, poco amor, mucha ignorancia.
La violencia es una de las reacciones normales en la bestialidad aun de los animales más desarrollados; la palabra es la alternativa del ser humano. Si la palabra –oral o escrita- te enseña que tu éxito depende del fracaso –social, profesional, deportivo y financiero- del otro, podemos explicar el aferrarse a excesos de trabajo lo mismo que a actos de corrupción. La viabilidad de una humanidad sana empieza con una niñez igual de sana.
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