El nuevo plan de la NASA busca instalar un reactor nuclear en la Luna
El administrador interino de la NASA, Sean Duffy, ha dado instrucciones para acelerar los planes de Estados Unidos para instalar un reactor nuclear en la Luna.
La carrera espacial ha tomado un giro inesperado, y esta vez, el foco no es solo la exploración, sino la energía. La justificación es clara: el país busca ser el primero en establecer una fuente de energía duradera en la superficie lunar para sus futuras misiones, especialmente en el marco del programa Artemis. Sin embargo, la perspectiva de llevar tecnología nuclear al espacio ha generado un debate sobre sus riesgos y las implicaciones a largo plazo.
La competencia geopolítica
La decisión de la NASA está motivada por la competencia geopolítica. Según documentos internos, tanto China como Rusia han anunciado planes para desarrollar conjuntamente un proyecto similar para mediados de la década de 2030. La preocupación de Estados Unidos es que, si otra nación logra este hito primero, podría declarar una "zona de exclusión" en la Luna, dificultando los objetivos del programa Artemis de establecer una presencia permanente. Duffy ha sido contundente al respecto, declarando que "estamos en una carrera hacia la Luna, en una carrera con China hacia la Luna". Para él, la energía es la clave para "mantener la vida en la Luna" y, en última instancia, para lograr la meta de llegar a Marte. La tecnología nuclear de fisión, capaz de generar al menos 40 kilovatios de energía (suficiente para 30 hogares durante 10 años), es vista como la solución para misiones de larga duración.
Implicaciones y futuro de la presencia lunar
Aunque la NASA ha colaborado previamente con el Departamento de Energía en proyectos de energía de fisión, la reciente directiva de Duffy acelera drásticamente el cronograma. Sus órdenes incluyen nombrar a un ejecutivo para dirigir el programa en un plazo de 30 días, lo que subraya la urgencia. Este es uno de los primeros grandes movimientos de Duffy desde que asumió su cargo en julio, una decisión que ha generado críticas debido a su doble función como Secretario de Transporte en un año complicado para esa agencia.
A pesar de los ambiciosos planes, aún no se ha especificado cuándo se podría construir una base lunar. Las estimaciones de la NASA sugieren que para una presencia humana a largo plazo, se necesitarían al menos 100 kilovatios de energía.
El despliegue de un reactor nuclear en la Luna representa un avance tecnológico significativo, pero también plantea serias preguntas sobre la seguridad, la gestión de residuos y el impacto ambiental en un entorno tan delicado como el lunar. Mientras la NASA avanza, la comunidad científica y el público seguirán de cerca el desarrollo de esta nueva fase de la carrera espacial, con el temor de que la "carrera" pueda priorizar la velocidad sobre la seguridad
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