El negocio de las camisetas de fútbol: un incremento de un 40% en tan solo una década

Mientras que el fabricante destina 17 euros a la venta de cada camiseta, las tiendas de los clubes las venden como mínimo a 80€ de media

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Catalunya press   lewan

 

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El fútbol es un negocio que mueve miles de millones de euros alrededor de todo el mundo. Entradas, patrocinios, derechos televisivos, merchandasing... una cantidad ingente de dinero que se gasta entre aficionados, clubes y empresas externas que patrocinan. No obstante, uno de los pilares que más sustenta la economía de los clubes es la venta de camisetas. 

 

Sin ir más lejos, cuando Leo Messi dejó el Barça y se marchó al PSG, se vendieron 550.000 camisetas en los dos primeros días. Esto implica que, a una media de 80 € el precio de cada camiseta (como mínimo la edición 'stadium', es decir, la barata), el club parisino se embolsó la friolera cifra de 44 millones de euros.

 

 

Desde principios de siglo, los fabricantes de las camisetas lanzan dos colecciones: la 'stadium' o 'replica', que rondan los 80 €, y la 'authentic' o 'player', que asciende hasta los 140 €. 

 

Las diferencias entre ambas camisetas es que, tal y como se puede apreciar, la 'player' es mucho más cara y contiene normalmente un diseño diferente con microperforaciones, ya que son más transpirables y ligeras. Son prácticamente las que llevan los jugadores cuando saltan al terreno de juego, mientras que las 'stadium' tienen un un tipo de tejido distinto. 

 

Lo peor de todo es que pagar más dinero no significa pagar más calidad. De hecho, según un exdirectivo de Adidas, en declaraciones a El Confidencial, explicaba que "las versiones 'player' son de peor calidad. Es decir, el tejido es mejor para la práctica deportiva, pero todo lo demás es más barato. Esto es así porque se busca que los jugadores no tengan roces con la camiseta, especialmente en la zona de los pezones, de modo que los escudos y los detalles no están bordados, sino termosellados. Esto significa que van a aguantar menos lavados y que, al mínimo estirón, te puedes quedar con la camiseta en la mano".

 

Por lo tanto, es más recomendable escoger la versión barata de las dos camisetas, ya que durará más y no afectará tanto a nuestro bolsillo. 

 

BENEFICIO DE LAS CAMISETAS

 

El beneficio de las camisetas es digno de ser comentado. Al fabricante le cuesta 17,05 € realizar cada camiseta, siguiendo el siguiente desglose: 7,74 € producir y transportarla, 2,34 € de gastos de promoción, 4,95 € de los 'royalties' que paga a los equipos por cada unidad y 2,02 € en la inversión en fuerza de venta. 

 

El fabricante vende las camisetas a las tiendas por 32,34 €, por lo que se asegura un margen del 19% en la venta final. Y los aficionados pagan el precio final de 80 € aproximadamente, siempre que se cojan la barata, claro. Por lo tanto, el beneficio de las tiendas ronda los 48 €, cifra arriba, cifra abajo, a lo que se tendría que descontar los impuestos, que en España son del 21%.

 

Viendo el beneficio que dejan, no es extraño que cada vez los clubes hagan más camisetas por temporada. Por ejemplo, el Barça estrenó esta misma semana su tercera equipación, que también trajo cola por sus diferencias entre la 'player' y la 'stadium'.

 

Indignación azulgrana por el cambio de diseño entre categorías de camisetas

 

INCREMENTO CON EL PASO DE LOS AÑOS

 

Los fabricantes han ido filtrando la versión de que el precio de las camisetas ha ido aumentando debido a la inflación que sufre el planeta. Sin embargo, es un bulo que lanzan para intentar justificar una subida de precios acorde con todo lo relacionado con el mundo del fútbol. 

 

Para poner en contexto, en 1992 las camisetas costaban 4.995 pesetas de media, lo que se traduce a unos 30 €. Si actualizamos el IPC, estaríamos hablando de 62 €, una cantidad casi 20 € inferior a lo que cuestan hoy en día en las tiendas. Por lo tanto, y tal y como indica el informe 'Replicas and Manufacturers in Top European Football', las camisetas se han repreciado un 42% desde 2011, cuando la inflación en España para este periodo se estima en el 11%.

 

Por lo tanto, los fabricantes y las tiendas acaban llevándose un pastizal gracias a la venta de estas camisetas, mientras que los aficionados cada vez tienen que rascarse más los bolsillos con todas las camisetas de fútbol que les gustan. 

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