¿Puede llegar a Catalunya la fábrica de microchips de la multinacional Broadcom?

Los microchips son aquella pieza de la cadena de producción que no nos damos cuenta de la importancia que tiene (en nuestra vida diaria) hasta que llega el día que fallan. Y con especial incidencia entre 2020 y 2021, el mundo sufrió una crisis de suministro, que afectó a múltiples industrias en todo el mundo debido a la escasez de existencias. 

Una cantidad de demanda inesperada por la pandemia de Covid, los problemas de suministro, la competencia entre industrias y la complejidad y el tiempo que requiere su producción fueron los factores que llevaron a que, directamente, en muchas tiendas dejara de haber stock de algunos productos o que estos fueran muy difíciles de encontrar, en locales físicos y online.

Actualmente, Estados Unidos, China, Taiwán, Corea del Sur y Japón son los países del mundo que tienen capacidad de fabricar estos semiconductores. En Europa, sin embargo, no hay ninguna planta en 2023 que sea capaz de producirlos.

Sin embargo, esto podría cambiar pronto, ya que a finales de la semana pasada, la multinacional estadounidense Broadcom anunció la instalación en España de una planta de semiconductores que movilizará 900 millones de euros y hará que se generen unos 500 puestos de trabajo.

 

El presidente de la multinacional, Charlie Kawwas, anunció que está "emocionado de anunciar nuestra decisión de invertir en el ecosistema de semiconductores de España" y quiso agradecer personalmente al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por "su apoyo y decisión para construir una cadena de valor global de semiconductores más resistente".

 

 

Aunque por ahora no se ha fijado la sede, Catalunya y la ciudad de Barcelona son unas buenas candidatas para acogerla. De hecho, en los últimos tiempos se han dado pasos para conseguir que Catalunya sea un lugar de referencia en Europa en semiconductores.

En mayo de 2022, otro de los gigantes del sector, Intel, anunció la apertura de un laboratorio de diseño de microchips pionero en el Barcelona Supercomputing Center (BSC) que supondrá una inversión inicial, compartida con el gobierno de España, de 400 millones de euros repartidos en 10 años. Esto también generará la creación de 300 puestos de trabajo.

Pocos meses antes de eso, en febrero de ese mismo año, el Gobierno central anunció que el BSC albergará el primer ordenador cuántico del sur de Europa, al que desde este 2023 tiene acceso la comunidad investigadora para poder desarrollar aplicaciones de inteligencia artificial (IA).

Esta noticia, sin embargo, vino seguida pocos meses después, a finales del año pasado, del anuncio de Cisco que manifesto su intención de abrir en Barcelona el primer centro de diseño de microchips y semiconductores de Europa. Se trataria del primer centro de diseño de semiconductores de la Unión Europea.

Y más allá de todos los anuncios que vienen de más allá de nuestras fronteras, a finales del mes de mayo de este año, la Generalitat anunció que ha presentado al Gobierno un proyecto para recibir fondos europeos Next Generation para financiar la construcción de una fábrica de diseño y prototipado de microchips avanzados en unos terrenos situados junto al Sincrotró Alba, en Cerdanyola del Vallès (Vallès Occidental).

EUROPA NO PUEDE PERMITIRSE NO PRODUCIR MICROCHIPS

Superada la crisis, si algo quedó claro en Europa es que, debido a la enorme dependencia que se tiene respecto de estos pequeños dispositivos, no puede pasar más tiempo sin una planta que sea capaz de producirlos en el Viejo Continente.

La inversión de Broadcom será posible también en buena parte gracias al programa de ayudas PERTE Chip, el de mayor cuantía de los financiados con fondos europeos Next Generation, destinado a atraer a este tipo de empresas. 

Este programa se puso en marcha durante la primavera de 2022 y, cuando ha pasado un poco más de un año de su existencia, ha logrado su primer gran éxito.