GPT-5 ya es una realidad: OpenAI presenta su modelo más ambicioso
OpenAI ha vuelto a sacudir el panorama tecnológico con el lanzamiento de su último modelo, GPT-5.
Según la compañía, este nuevo chatbot de inteligencia artificial marca un salto cualitativo, un "hito" en la evolución de la IA. Su director ejecutivo, Sam Altman, no ha dudado en promocionarlo como un modelo con una experiencia equiparable a la de un profesional con doctorado, calificándolo de "más inteligente, más rápido y más útil" que sus predecesores.
Un salto cualitativo en capacidades y razonamiento
Los creadores de GPT-5 aseguran que sus capacidades superan con creces a las de modelos anteriores. Si bien GPT-3 se sentía como un estudiante de secundaria y GPT-4 como un universitario, Altman compara la experiencia con GPT-5 con interactuar con un "experto con nivel de doctorado". Esto es gracias a una nueva característica: un modelo de razonamiento que le permite "pensar más" antes de ofrecer soluciones a problemas complejos.
Entre las habilidades más destacadas del nuevo modelo se encuentran:
Codificación avanzada: La capacidad de crear software completo a partir de una sola instrucción, lo que lo convierte en una herramienta potente para programadores.
Menos "alucinaciones": Ha sido entrenado para ser más honesto y reducir la tendencia a inventar respuestas.
Razonamiento mejorado: Sus respuestas no solo ofrecen la solución, sino que también explican el proceso lógico que ha seguido para llegar a ella.
Interacción más humana: La compañía afirma que el modelo se siente más natural y ofrece respuestas más precisas y útiles.
La lucha por el trono de la IA
El lanzamiento de GPT-5 se enmarca en un contexto de intensa competencia en el sector tecnológico. Gigantes como Elon Musk también promocionan sus chatbots, con afirmaciones similares sobre sus capacidades superiores. No obstante, no todos están convencidos de la magnitud de esta supuesta revolución.
La profesora Carissa Véliz, del Instituto de Ética en IA, ha expresado su escepticismo, sugiriendo que podría tratarse de una "estrategia de marketing". Según Véliz, estos sistemas, por muy impresionantes que sean, aún no han demostrado ser verdaderamente rentables, lo que podría indicar la existencia de una "burbuja" de la IA a punto de estallar. La experta argumenta que, aunque los modelos pueden imitar el razonamiento humano, todavía no lo emulan de forma auténtica.
Los desafíos éticos y la regulación
El avance de GPT-5 también reaviva la discusión sobre los desafíos éticos que plantea la inteligencia artificial. Expertos advierten sobre la creciente brecha entre las capacidades de la IA y la capacidad de la sociedad para regularla. A medida que los modelos se vuelven más potentes, la necesidad de una regulación integral se hace más urgente. Además, OpenAI ha abordado una preocupación particular: las relaciones parasociales entre usuarios y la IA. Para fomentar una interacción más saludable, la compañía ha implementado cambios en ChatGPT. En lugar de dar respuestas definitivas a preguntas delicadas ("¿Debería terminar con mi pareja?"), el modelo ahora ayuda a los usuarios a reflexionar sobre la situación, sopesando pros y contras. Este ajuste busca evitar que las personas desarrollen una dependencia emocional problemática con la IA, una inquietud que el propio Sam Altman ha expresado en múltiples ocasiones.
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