No solo Hungría: Eslovaquia y Austria toman el relevo para frenar el régimen de sanciones contra Rusia
El paquete de restricciones propuesto, que ha estado en negociación durante casi un mes, está dirigido contra elementos clave de la economía rusa.
El primer ministro eslovaco, Robert Fico, ha vuelto a utilizar su poder de veto para bloquear una nueva ronda de sanciones de la Unión Europea contra Rusia, preparando el escenario para un enfrentamiento total durante la cumbre de líderes de la próxima semana. Eslovaquia y Austria han surgido como los últimos obstáculos para lograr un acuerdo.
El paquete de sanciones
El paquete de restricciones propuesto, que ha estado en negociación durante casi un mes, está dirigido contra elementos clave de la economía rusa, incluyendo: gas natural licuado y infraestructuras petroleras rusas, la "flota en la sombra" y plataformas de criptomonedas y los movimientos de diplomáticos rusos dentro del bloque de 27 miembros.
A pesar de que los detalles técnicos y legales del paquete ya están finalizados, Eslovaquia confirmó su intención de bloquear la medida durante la reunión de embajadores en Bruselas el miércoles. Fico dejó clara su postura tras una llamada con el presidente del Consejo Europeo, António Costa, donde expresó su "asombro" por el intenso enfoque de la próxima cumbre en Ucrania.
El primer ministro eslovaco condiciona la aprobación de las sanciones a que las conclusiones de la cumbre incluyan "instrucciones políticas" específicas a la Comisión Europea sobre cómo abordar la crisis de la industria automotriz y los altos precios de la energía, que, según él, hacen que la economía europea sea "completamente incompetitiva". Fico insistió en que Eslovaquia presentará "propuestas sustancialmente más concretas" sobre energía y automóviles para ser discutidas en la cumbre del 23 de octubre.
"Los combustibles fósiles"
Fico repite así la táctica de la ronda anterior de sanciones, cuando renunció a su veto solo después de recibir concesiones relativas a la eliminación progresiva de los combustibles fósiles rusos. Eslovaquia, al igual que Hungría, sigue dependiendo de la energía rusa. En aquella ocasión, Fico logró garantías no vinculantes de la Comisión, incluyendo el uso de ayudas estatales para reducir los precios de la energía. En esta ocasión, Fico amplía el foco a la industria automotriz europea.
Ha criticado reiteradamente la ley ecológica que prohibiría la venta de coches nuevos con motores de combustión para 2035. La legislación, acordada en el mandato anterior, ha provocado una intensa presión política, incluso por parte del canciller alemán, quien se ha comprometido a "resistir" el plazo de 2035.
Austria y el Banco Raiffeisen
Junto a Eslovaquia, Austria se ha erigido en otro obstáculo, aunque por una razón financiera. Viena ha solicitado el descongelamiento de las acciones de una empresa rusa incluida en la lista negra, Rasperia Trading, con el fin de compensar a uno de sus mayores bancos, Raiffeisen Bank International (RBI), por una derrota legal de €2.1 mil millones en un tribunal de Moscú a principios de este año.
Aunque Austria asegura que apoya el régimen de sanciones, su solicitud ha resultado controvertida entre los Estados miembros, que temen que pueda abrir un precedente peligroso. El Ministerio de Asuntos Exteriores austriaco afirmó que busca "salvaguardar los intereses de las empresas austriacas" y evitar que las sanciones europeas "beneficien indirectamente al agresor por partida doble".
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