Junqueras lanza un ultimátum a Illa: ERC no hablará de cuentas sin soberanía fiscal sobre el IRPF
El líder republicano condiciona cualquier pacto presupuestario a que Catalunya gestione y recaude su propio impuesto sobre la renta. También cuestiona la viabilidad del plan de vivienda anunciado por el president y denuncia la falta de inversión estatal en Rodalies.
Oriol Junqueras endurece su postura ante el Govern y deja claro que ERC no participará en la negociación de los presupuestos de 2026 si la Generalitat no dispone de un “modelo de financiación y recaudación del IRPF” plenamente catalán. Así lo afirma en una entrevista concedida a El Periódico, en la que insiste en que su formación mantiene “predisposición y voluntad de llegar a acuerdos”, pero exige que el Ejecutivo de Salvador Illa “cumpla los compromisos adquiridos”.
El dirigente republicano considera que el actual sistema fiscal limita la capacidad del país para disponer de los recursos que genera. Según sus palabras, “Catalunya genera recursos que no se le devuelven y que son necesarios”, por lo que reclama un marco financiero propio antes de sentarse a negociar ninguna partida económica.
Responsabilidad compartida entre PSC y PSOE
Junqueras señala directamente a los socialistas como corresponsables del cumplimiento de los acuerdos que facilitaron la investidura de Illa. A su juicio, “el PSC y el Govern tienen una posición mucho más proactiva y de voluntad de ayudar a cumplir los compromisos, que el PSOE y el Gobierno”.
El presidente de ERC pide al Govern que adopte una actitud de firmeza frente al Ejecutivo central y recuerda que el debate sobre la ordinalidad fiscal —es decir, que Catalunya mantenga una posición equilibrada entre lo que aporta y lo que recibe— sigue sin resolverse. “Es uno de los problemas, pero no es el único; sin abordarlo es difícil solucionar otros”, advierte.
Críticas al plan de vivienda de Illa
El líder republicano también se muestra escéptico con la estrategia de vivienda presentada por el president durante el Debate de Política General. Junqueras sostiene que el proyecto “no es creíble” y que existen zonas de Catalunya donde “no se puede construir más”.
Plantea como alternativa una política de rehabilitación a gran escala, que, según él, el Govern “ha oblidat”. En su opinión, el Ejecutivo debería priorizar la recuperación del parque habitacional existente en lugar de centrar sus esfuerzos exclusivamente en nuevas promociones.
Candidatura y situación judicial
Junqueras defiende su decisión de postularse como candidato a la presidencia de la Generalitat y subraya que su motivación es “ajudar”, dejando en manos de los ciudadanos la elección del futuro president. Sobre su inhabilitación, se muestra confiado en que “acabarà resolent-se” y vuelve a calificar la condena de “injusta”.
El dirigente de ERC busca así proyectar una imagen de continuidad política pese a las restricciones legales que aún pesan sobre él.
Rodalies, un símbolo del malestar territorial
En materia de infraestructuras, Junqueras vuelve a apuntar hacia el Estado, acusándolo de desidia en materia ferroviaria. “El Estado no ha construido ni un kilómetro de ferrocarril en Catalunya. Això vol dir que és un Estat molt incapaç”, critica, añadiendo que el servei de Renfe “és un desastre”.
El líder republicano reivindica la necesidad de que Catalunya asuma las decisiones sobre su red de transporte: “ERC lucha para que las decisiones se puedan tomar en Catalunya y tener los recursos para renovar vías, catenarias, señalización y convoyes”.
Según detalla, a partir de gener es posaran en circulació dos nous trens cada quinze dies, amb l’objectiu de modernitzar progressivament la xarxa de Rodalies.
Un aviso de fondo electoral
El mensaje de Junqueras se interpreta como un movimiento de presión política en varios frentes: hacia Illa, para consolidar el cumplimiento de los acuerdos; hacia el PSOE, para reforzar la agenda catalana en Madrid; y hacia la ciudadanía, a la que se presenta como garante de la soberanía fiscal y de una gestión autónoma de los recursos.
Con su declaración, el presidente de ERC coloca el debate financiero en el centro del tablero político y convierte la negociación de los presupuestos en una cuestión de poder y de país.
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